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Como Sísifo, como Penélope

Como Sísifo, como Penélope

Cuando Andrés empezó a trabajar se sentía la persona más feliz del universo. Le costó bastantes sacrificios llegar a ser funcionario. Como toda persona de origen humilde necesitaba ganar dinero pronto, así que cuando tomó posesión de su plaza se sintió muy afortunado. Se casó joven y pronto tuvo una hija. Siempre ha sido espabilado y trabajador, su enorme facilidad para la informática le ha ayudado a destacar en el desempeño de muchas tareas administrativas. Muchas veces ha pensado que debía haber seguido estudiando, está más que demostrado que en la administración sólo progresan los que tienen titulos. Su hija está empeñada en ir de voluntaria a Haití. Anda todo el día preguntando a unos y otros para informarse de los requisitos necesarios para poder ir allí. A Andrés le gustaría que preparase unas oposiciones a la administración autonómica, pero para su hija eso de tener la vida resuelta no le acaba de motivar.

Hay quien opina que el síndrome del trabajador quemado „el conocido como burnout „ es un invento de personas indolentes y poco trabajadoras. Con frecuencia encontramos comentarios que dejan en muy mal lugar a quien se atreva a confesar que padece estrés laboral crónico que le provoca agotamiento físico y mental. Lo cierto es que éste síndrome se empezó a estudiar en 1969 por H.B. Bradley. En la década de los 70, el psicólogo laboral Herbert Freudenberger lo describió como aquel estado en que el individuo que lo padece experimente una notable disminución de energía y de motivación, junto con la aparición de síntomas de ansiedad y depresión. Durante los años 80 C. Maslach y S. Jackson definieron el síndrome como la aparición de cansancio emocional, despersonalización y una menor realización personal que se presenta con relativa frecuencia. Suele aparecer en aquellas personas que trabajan en contacto con clientes, pacientes, alumnos o usuarios. Éste síndrome se manifiesta por la aparición de cambios tanto emocionales como físicos, suelen ser los cambios típicos de situaciones de estrés y de depresión. Los investigadores advierten que esas situaciones que hemos descrito, estrés y depresión, pueden llegar a reducir el número de conexiones neuronales. Señalan incluso que el cerebro disminuye de tamaño y de peso en el córtex prefrontal, precisamente donde se desarrollan las capacidades mentales necesarias para formular metas, planificar logros y llevar adelante el plan de manera eficaz.

María atraviesa una situación difícil. Lleva trabajando treinta años y ha ocupado diferentes destinos. Una reestructuración de la empresa la obliga ahora a buscar un nuevo puesto de trabajo. Con gusto lo dejaría todo, pero vivir de rentas es un lujo al alcance de unos pocos. Obviamente no es su caso. La vida a menudo nos da sorpresas, un golpe de timón y hemos de hacer frente a un inesperado cambio de rumbo. Como Sísifo, hemos de acarrear pesadas piedras sobre nuestros cansados hombros hasta llegar a la cima del monte, y cuando creemos haberla coronado, por enésima vez, se aleja. Como Penélope que teje durante el día y desteje por la noche, no le importa desbaratar su tarea, todo lo que desea es dar tiempo a que su esposo Odiseo regrese y le libre de sus pretendientes. Volver a empezar, ése es el destino del ser humano. Bien mirado no hacemos otra cosa en la vida, como Sísifo, como Penélope.

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