Ciutat Vella

"No queremos que hagan otra plaza antibotellón"

Un recorrido por el entorno de la plaza de la Reina evidencia el rechazo a las terrazas, la demanda de arbolado y el desplazamiento del comercio tradicional

La ruta del proceso de participación arrancó en la plaza de la Mare de Deu y terminó en Brujas.

La ruta del proceso de participación arrancó en la plaza de la Mare de Deu y terminó en Brujas. / f. bustamante

hortensia garcía | valencia

El proceso de participación ciudadana previo al proyecto de reurbanización de la plaza de la Reina continuó ayer con un recorrido por este emblemática y popular plaza y su entorno inmediato. Las responsables de Encajes Urbanos, la empresa que coordina el programa de participación, organizaron una ruta que arrancaban en la plaza de la Mare de Deu y concluía en Brujas, pasando por la plaza de la Reina, Redonda, «Mocaoret» y la del Mercat y en la que distintos colectivos de mujeres dejaron en evidencia sus necesidades y reivindicaciones sobre este espacio público. «No queremos otra plaza antibotellón, pedimos que se tenga en cuenta que en Valencia hace calor y necesitamos árboles».

En estos términos se pronunció durante el recorrido, Isabel Vicente, del colectivo «Dones Majors», dirigido a promover actividades para las mujeres mayores al que pertenece también Isabel Irure, una de las últimas vecinas de las viviendas de la calle Zaragoza que se derribaron para la apertura de la plaza de la Reina a partir de los años 40 del siglo pasado. «A partir de los años 50 hubo un cambio radical con la llegada de los coches», destacó esta vecina, quien reclamó que la nueva plaza facilite la movilidad y el paseo. Durante el recorrido, en el que intervinieron también los colectivos de Mares i Pares de Ciutat Vella y Mujerse de Negro, así como artesasanas y comerciantes tradicionales de la zona quedó en evidencia el problema del elevado precio de los alquileres en la plaza de la Reina que ha acabado desplazando al comercio tradicional, así como el rechazo que genera la proliferación de apartamentos turísticos y el temor a que las terrazas de bares y cafeterías acaben colonizando el espacio que se gane al coche.

Dentro de este proceso participativo, explicó el concejal de Participación, Jordi Peris, que participó en el recorrido junto con la concejala de Igualdad Isabel Lozano, se ha querido dar voz a colectivos que habitualmente no la tienen dentro de un urbanismo «productivo» como las mujeres, los niños y las personas con discapacidad. Dentro del proceso participativo se han realizado más de 150 propuestas entre las que se repiten la instalación en la plaza de pavimento antideslizante o la apuesta por una pacificación del tráfico más que una peatonalización radical.

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