La concejala Pilar Soriano, de Compromís, hizo ayer un maratón de cementerios municipales visitando por este orden los del Palmar, el Grao, Cabanyal, Massarrojos, Benimámet, Campanar y, finalmente, el General. Ya fuera de la ruta institucional de la festividad de Todos los Santos, la concejala de Cementerios invitó a la comitiva oficial a recorrer el Cementerio Británico o protestante, un recoleto camposanto ubicado enfrente del General donde hay enterradas personas no católicas de 21 nacionalidades, judios, musulmanes o ateos. Muchas tumbas pertenecen a familias de los ingenieros y técnicos ingleses y holandeses que trabajaron en la construcción del ferrocarril en Valencia.

Este cementerio, cuyos terrenos son propiedad de la Corona Británica, que, sin embargo, apenas aporta recursos para mantenerlo abrió ayer sus puertas al público de forma excepcional, lo que dejó ver la mejora de su estado de conservación tras años de abandono.

El Cementerio Británico, un recinto de mediados del siglo XIX, es cuidado desde hace unos años por voluntarias de la International Women's Club, un grupo de ayuda a familias inmigrantes de habla inglesa, que se encarga de mantener las plantas y zonas ajardinadas y las tumbas de este cementerio, cuya fachada principal preside el escudo británico.

Los responsables del cementerio, consagrado en 1879 por el arzobispo de Gibraltar y que apenas recibe ayudas económicas del Foreign Office, han pedido en alguna ocasión apoyo al ayuntamiento de Valencia para su mantenimiento. La presidenta de la asociación, Marcele Mattenet, explica que el recinto ha sufrido asaltos, robos e incluso la celebración de misas negras. La concejala de Cementerios informó ayer de que «este recinto es parte de nuestra historia» y el ayuntamiento estudiará formas de colaboración, pese a que su carácter privado complica las cosas. Entre las medidas que se estudian está la señalización de algunas tumbas.