­El alcalde de Valencia, Joan Ribó, aseguró ayer que tiene una satisfacción «baja, muy baja» con el nuevo gobierno de Mariano Rajoy dada la continuidad del mismo. Pocas horas después del nombramiento del nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, el alcalde le pidió que la Comunitat Valenciana «no sea más que nadie pero sí que tenga un trato igual».

El ayuntamiento y la Generalitat están negociando la solución ferroviaria para Valencia después de que el Ministerio de Fomento plantease una alternativa de bajo coste para el soterramiento de las vías ferroviarias y la nueva estación. A juicio del alcalde hay una «desigualdad muy clara» y se resume en que «Madrid tiene tres túneles pasantes de ferrocarril y Valencia, cero». Los tres discurren en subterráneo de norte a sur por la capital y conectan las estaciones de Atocha y Chamartín.

El túnel pasante de Valencia es una obra clave del Corredor Mediterráneo, demorada «sine die» por el Ministerio de Fomento, que incluso la ha dejado fuera de su propuesta a Bruselas.

Ribó se manifestó en estos términos ayer antes de su intervención en un encuentro en Madrid con diez alcaldes de otras tantas ciudades españolas que defienden la gestión pública del agua, como Barcelona, A Coruña o Valladolid.

Para el alcalde de Valencia, la cartera de Fomento «está muy lejos» del «origen» de la Comunitat Valenciana y reclamó que no se mantenga la situación de «marginación de inversiones» ya que reciben «la peor financiación de todo el estado español».