El pleno del Consell acordó ayer declarar Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial las actividades tradicionales de la Albufera de Valencia, como son la pesca artesanal y la navegación a vela latina. El objetivo de esta decisión es salvaguardar «este valioso patrimonio cultura» valenciano, ya que se trata de «dos casos paradigmáticos de resistencia al paso del tiempo» y de «manifestaciones singulares de formas de vida que, a veces, el progreso y los cambios de vida han ido haciendo desaparecer».

Así lo señaló la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, en la rueda de prensa posterior al pleno, en la que ha asegurado que estos usos y costumbres son el resultado de «una evolución de siglos que merecen ser conservados» y son «ejemplo de sostenibilidad esencial para la conservación de la diversidad biológica».

Oltra destaca que la pesca tradicional «es la actividad más antigua de la Albufera de Valencia», ha pervivido «desde tiempos inmemoriales» y ha dado lugar a «toda una serie de elementos propios y léxico específico, cuyo mantenimiento y difusión es de gran importancia para conocer nuestro pasado». La actividad se articula actualmente a través de las tres comunidades de pescadores que existen que son la de El Palmar, la de Catarroja y la de Silla, y que regulan, dentro de su ámbito territorial, la pesca artesanal en las diferentes modalidades como son la pesca en lugares fijos (redolins) y la pesca ambulante.

Por su parte, el uso de la vela latina en La Albufera se extendió a partir de la época romana y se ha prolongado hasta la actualidad sin interrupción, tanto en el lago, como en los poblados marítimos del Cabañal, el Cañamelar y el Grao. Actualmente, se considera una forma de actividad recreativa y el interés por su supervivencia se ha materializado en diversas asociaciones como la de Silla y Catarroja, aglutinadas en la Federación Cultural Valenciana de Vela Latina. Estas tienen como objetivo conservar y proteger tanto los diferentes tipos de embarcaciones tradicionales, como las técnicas y los oficios vinculados a su construcción artesanal. Estas actividades tradiciones, ha afirmado Oltra, «ocupan un lugar en la imagen identitaria del pueblo valenciano, forman parte de nuestras señas de identidad, y son un caso paradigmático de resistencia al paso del tiempo». Ha dicho que su conservación «es garantía de salvaguarda de la cultura tradicional valenciana», al tiempo que ha defendido la importancia de «cuidar la naturaleza porque es la herencia que dejaremos a nuestros hijos y nietos».