El alcalde de Valencia, Joan Ribó, presentó ayer los presupuestos de 2017 al Consejo Social de la Ciudad, unas cuentas que crecen en 33 millones respecto al año pasado (4,3%) y que se volcarán decididamente en mejorar el aspecto de la ciudad. En contra de lo dicho en las últimas semanas, se mantiene también el nivel de inversión en 76 millones de euros, lo que permitió a Ribó mostrar su satisfacción por la gestión realizada. Como viene siendo habitual, antes de ser aprobados en la Junta de Gobierno Local y en el pleno municipal, el alcalde y el concejal Jordi Peris presentaron las cuentas al Consejo Social, una entidad de participación ciudadana en la que están representados los principales agentes de la ciudad. Y aunque muchos de los datos ya se habían ido conociendo en las últimas semanas, Ribó cuadró las grandes líneas económicas de 2017.

El presupuesto, dijo, será de 786 millones de euros, 33 millones más que el año pasado, que es lo que aumentarán los ingresos. «Es un aumento de recaudación sin aumentar la presión fiscal», recalcó el alcalde, que recordó que los impuestos están congelados y que únicamente se han tocado las tasas de terrazas para redistribuir la carga, gravando a los locales del centro con más capacidad de negocio en beneficio de los locales de los barrios. Esos 33 millones proceden básicamente, explicó, del ahorro en gasto financiero, pues este año la deuda se situará en 659 millones de euros, la más baja de los últimos 12 años; de la reducción del periodo de pago a proveedores, que ha caído de 40 días a tan sólo 6, con el consiguiente ahorro en intereses; y de una mayor inspección fiscal, por ejemplo en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), que llevaba sin control desde el año 2004.

Ribó explicó incluso que han sido cautelosos a la hora de incluir ingresos y no han tenido en cuenta que la participación en los ingresos del Estado podría subir algo, o que podría aprobarse el contrato programa para el transporte público, o las posibles aportaciones de la Generalitat Valenciana.

Más gasto corriente

Por lo que se refiere a los gastos, el alcalde destacó un aumento del 7% en la partida de personal, es decir, 16,5 millones de euros. Según Ribó, en los últimos años la plantilla bajaba en cien o ciento cincuenta personas todos los años y en el próximo ejercicio no sólo se va a compensar esa caída sino que va a crecer, sobre todo en inspección, actividades, educación o bienestar social. Pero la idea global es que si en 2016 el foco de los presupuestos fue el gasto social, en 2017 se mantenga esa partida y se dirija el esfuerzo a limpieza, residuos, jardines y plagas, es decir, a poner guapa la ciudad, la principal queja ciudadana. Y como segunda idea, reforzar la partida de dinamización económica y empleo, particularmente en las áreas de comercio y turismo.

En definitiva, el aumento de los ingresos se destinará básicamente a mejorar el gasto corriente, por lo que las inversiones, que este año han sido de récord, se mantendrán intactas en 76 millones de euros. Estas últimas semanas varios concejales hablaron de una reducción significativa de las mismas, pero los últimos ajustes han permitido mantenerlas invariables.

De esas inversiones, 8 millones serán para el Parque Central en cumplimiento del acuerdo con las otras administraciones; 1,2 millones serán para la segunda anualidad del parking de Brujas y 7 millones serán para los presupuestos participativos, que está semana tienen su segunda vuelta de reuniones ya en cada distrito. El resto será para jardines, edificios culturales, reforma de dependencias municipales, saneamiento, urbanización de los barrios, el Cabanyal, mercados y movilidad.