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Prespuestos

El microurbanismo y la reactivación de la administración copan las inversiones

Ribó destaca de los presupuestos el gasto en atención a la ciudadanía, que representa el 76% - La Aceitera de Marxalenes, la ampliación de la perrera, el paso inferior de Germanías o el «agujero de la vergüenza» de Orriols son algunas de las obras

El microurbanismo y la recuperación de una administración local muy debilitada en los últimos años son las grandes apuestas del capítulo de inversiones del Ayuntamiento de Valencia para el año que viene, unas cuentas que según el alcalde, Joan Ribó, destinan el 76% de sus 786 millones de euros a mejorar, en términos generales, los servicios a la ciudadanía.

Tras su presentación, en grandes líneas, ante el Consejo Social de la Ciudad, los presupuestos municipales de 2017 fueron refrendados ayer por la Junta de Gobierno Local y presentados a la prensa. Visiblemente satisfecho, Ribó mostró el lápiz electrónico a los medios gráficos acompañado del concejal de Hacienda, Ramón Vilar. Y no pasó por alto el hecho de que se hayan aprobado antes de lo que lo hacía el PP con mayoría absoluta.

Conocido ya el incremento de 33 millones, la inclinación del gasto corriente en favor de la limpieza de la ciudad y el aumento de la partida de personal en 16,5 millones de euros, Ribó segmentó ayer las cuentas según los grandes programas generales y la conclusión es que el bienestar de la ciudadanía se lleva 7,6 euros de cada diez, es decir, 594 millones de un total de 786.

Las prestaciones sociales básicas, como vivienda, bienestar social, educación etc., acaparan 115 millones de euros( 6,1% más), mientras que los servicios a la ciudadanía, como limpieza, jardines, medio ambiente etc. se llevan 153 millones (1,4%).

También suben hasta 183 millones la partida de seguridad y movilidad (4,2%); la de Promoción económica, que incluye agricultura, turismo, comercio etc. crece hasta los 12,1 millones (24%); y se sitúa en 21 millones la de participación e innovación.

Bajan Urbanismo y Deportes

Sólo hay dos grandes sectores que bajan: el urbanismo, que cae a 92 millones (-3,7%) y la cultura y el deporte, que desciende a 65 millones (-1,4%), pero tienen una explicación. El alcalde dijo que esta bajada es «ficticia», pues «en 2016 en este programa se incluía una transferencia de 3,3 millones de euros al Consorcio Valencia 2007 que en 2017 no se ha de hacer».

Mención especial merecieron los denominados servicios a la ciudadanía, que incluyen limpieza (5,8 millones más); parques y jardines (1,7 millones más); alcantarillado (+1,3 millones) y plagas (+194.700 euros). Y también el área de promoción económica, en la que se premia el comercio con 590.000 euros más; el empleo, con 654.000 euros más; y la agricultura, que gana 1,2 millones para hacer frente a los gastos de Valencia como Capital Mundial de la Alimentación. Sólo baja el Turismo en 100.000 euros porque el año pasado hubo que rescatar al Palacio de Congresos, explicó el alcalde.

Por lo que se refiere a las inversiones, que junto con las transferencias de capital y los activos financieros suman 76 millones, pero que como inversiones reales se quedan en 64,5 millones (1,5 menos que en 2016), el microurbanismo tiene un papel destacado. Se atienden problemas históricos de la ciudad como el «agujero de la vergüenza» de Orriols; la ampliación (compra de solar adyacente) de la perrera de Benimàmet; la rehabilitación de la Aceitera de Marxalenes; las Naves de Ribes; el paso inferior de la Avenida de Germanías; carriles bici en las avenidas de Burjassot, Constitución y Suecia; el entorno de la Rambleta o la Agencia de Lectura de la Trinidad. Y se financia la redacción de proyectos para la ampliación del parque de Benicalap, el parque de las Nuevas Carolinas, el Centro Deportivo de San isidro, o el campo de fútbol de Malilla.

También se invierte casi un millón en mercados, sobre todo en la Pescadería de Russafa; y en el Cabanyal, al que se destinan más de 5 millones de euros a través de distintos planes.

En última instancia, hay que sumar los 7 millones de los presupuestos participativos, que se reparten íntegramente en obras y equipamientos para los barrios.

El resto de las inversiones se destinan a equipos informáticos, reparación de edificios públicos y compra de vehículos, adquisición de equipos técnicos, mejora del saneamiento, redacción de planes etc.

Hay, finalmente, una partida de 7,5 millones de euros para las temidas expropiaciones, que se comerán también parte de los planes de contingencia.

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