El concejal de Participación Ciudadana, Jordi Peris, pedirá al ayuntamiento, concretamente a la delegación de Espacio Público, que estudie una posible modificación en las ordenanzas que afectan a la plaza de la Reina para evitar que una vez reformada acabe «invadida» por terrazas.

Según señaló Peris, está podría ser una vía: «adecuar la ordenanza a la nueva realidad» que se dará en una plaza emblemática de la ciudad que cambiará radicalmente su aspecto tras el proceso participativo finalizado la semana pasada. Como destacó el responsable de Participación Ciudadana al respecto de las mesas y sillas de los bares «hay un consenso muy amplio de que la plaza no se llene de terrazas, hasta con los hosteleros».

Este punto es quizá uno de los más peliagudos, pero no es el único que se ha abordado en el proceso de participación ciudadana, cuyas conclusiones conocieron esta semana los vecinos y otros agentes sociales y económicos.

En el proceso que ha durado tres meses ha habido un cuestionario online que ha recogido 869 encuestas válidas, cuatro talleres participativos y dos jornadas informativas y de reflexión.

¿Cómo se incorporarán ahora las propuestas ciudadanas al proyecto de la remodelación de la plaza? Según explica Peris se ha planteado una comisión de seguimiento formado por una decena de participantes en las sesiones que se encargarán de controlar que las iniciativas ciudadanas sean tomadas en cuenta por el equipo de arquitectos. Para ello se crearán cinco reuniones, la primera de ellas en enero, cuando se espera que pueda haber ya un contacto con el equipo técnico, que cabe recordar está pendiente de ser elegido mediante licitación. Durante estas cinco sesiones se pretende que «el proceso siga vivo, que no quede en una consulta, avanzar en una interlocución con la administración», indica Peris. Esta comisión velará porque las propuestas ciudadanas sean asumidas en el proyecto y podrá convocar a los vecinos para comunicarles cómo está siendo el proceso. Las conclusiones del proceso «Participa Reina», se han organizando en trece «líneas de acción y mejora» en las que se han trazado detalles muy concretos. Quedan resumidos a continuación algunos de ellos:

Vegetación. Las propuestas vecinales apuntan que con el objetivo de disminuir la contaminación acústica y la polución se dispongan árboles autóctonos de hoja caduca que generen sombra. Sin embargo también hay reticencias por la caída de las hojas que generaría más gastos en limpieza. Incluso se ha apuntado que la vegetación de la plaza sera aromática. Además, se aboga por mantener los existentes.

Terrazas. «Existe un consenso generalizado en limitar las licencias de terrazas». Marcar en el suelo la zona para terrazas, y no permitir las plataformas elevadas.

Iluminación. Para controlar la contaminación lumínica se propone que se estudie una «buena orientación», adaptar el alumbrado a las necesidades de cada momento del día, el uso de la luz blanca que no se disperse, e iluminación cálida integrada en la plaza o en las fachadas.

Pavimentos. Uno de los puntos que ha logrado mayor consenso es que el suelo de la plaza sea antideslizante, poco poroso y fácil de limpiar. Además se propone definir «un recorrido en el pavimento» que permita de forma «casi imperceptible» una lectura histórica, a través del pavimento, de la «antigua trama urbana». También se ha pedido «placas informativas de la cultura valenciana y del entorno».

Mobiliario urbano. Los participantes solicitan bancos „con respaldo„, sombras y mesas. Que sea un «mobiliario flexible» para habilitar grandes espacios temporales para actividades culturales y festivas.

La falla del Tio Pep. Recuperar la plaza «como un lugar digno y adecuado para la plantà y la cremà». Disponer de hidratantes, recogida de agua para bomberos, tomas de luz... Detallan que el espacio necesario para ambas fallas más las distancias entre ambas debería ser superior a 300 metros cuadrados.

Otros equipamientos. Las conclusiones recogen peticiones de espacios de sombra„con toldos, pérgolas o vegetación„, una fuente grande y otras para beber, enterrar los contenedores o ubicarlos en los solares adyacentes. Establecer un horario fijo de carga y descarga y que el carril bici no pase por dentro de la plaza.

Espacios adyacentes. Recuperar el solar del Micalet o la casa del Relojero para un equipamiento cultural o para ubicar la oficina de información.

Información. Señalan que la oficina turística sea más para una «acogida al visitante» que un mero punto de información y se piden carteles con mapas y señaléticas de los puntos de interés.

Criterios estéticos. Se propone pensar en un criterio estético y de diseño de las casetas para mercadillos puntuales para así dignificarlos. Establecer un criterio también para los elementos de terrazas, como mesas, toldos o sombrillas.

Baños públicos. Hay consenso en colocar baños en la plaza, bien en la misma o en la oficina de turismo. También se plantea un sistema de intercambio con los bares para que permitan su uso a cambio de beneficios.

Aparcamiento. Garantizar a los vecinos el acceso a los aparcamientos existentes en la plaza y en el entorno. Los comerciantes y hosteleros defienden el acceso de todo el mundo para que sean potenciales clientes y otros vecinos que sea uso residencial.

Diseño espacial. Espacios abiertos, sin escaleras ni desniveles y facilitar acceso a bomberos y ambulancias.