«La fuerza de la manada es el lobo, y la fuerza del lobo es la manada». Unidos entorno a la célebre cita de Rudyard Kipling, Generalitat y ocho ayuntamientos escenificaron ayer un frente común contra el anteproyecto de ampliación de la V-30 publicado hace semanas por el Ministerio de Fomento. La puesta en escena en la sede de la conselleria de Obras Públicas la dirigió su titular, María José Salvador, que fue desgranando, uno a uno, los aspectos que les hace rechazar la obra, «no solo por sus criterios sino por la forma en la que se ha hecho» y reclamar al Gobierno que «reformule el proyecto con criterios del siglo XXI».

La consellera estuvo rodeada en su alocución por alcaldes y alcaldesas de Mislata, Quart, Xirivella, Paterna, Paiporta y Sedaví, y por representantes de Manises y las pedanías de Pinedo, La Punta, La Torre y Castellar-Oliveral. Notable fue la ausencia de Joan Ribó, alcalde de Valencia, o Giuseppe Grezzi, edil de movilidad, que envió en su representación a un asesor de la concejalía, lo que denota el distanciamiento entre ambas administraciones.

El documento conjunto que leyó Salvador argumentaba la confrontación al proyecto en cuatro puntos. El primero apunta a que los datos sobre el tráfico en la V-30 usados por Fomento para justificar la ampliación son de 2009 contemplando un tránsito creciente, «mientras que el ministerio publicó cifras en 2015 que demuestran que se ha registrado un descenso» por lo que «sus hipótesis son erróneas» y «no tiene explicación» y «resulta preocupante» que se utilicen datos antiguos cuando los hay actualizados». Otras dos cuestiones puestas encima de la mesa por ambas administraciones es «el incumplimiento de la Ley de Carreteras de 2015» y la «contradicción del espíritu del protocolo firmado en 2005». Salvador aseguró sobre el primero que el anteproyecto «no ha tenido en cuenta otro tipo de movilidad» y «unicamente la solución se basa en ampliar carriles sin tener en cuenta las consecuencias de contaminación y ruido. Tampoco han tenido en cuenta itinerarios no motorizados para peatones y ciclistas». Así, la consellera incidió en que en el acuerdo de 2005 se «especificaba que cualquier actuación debería estar consensuada y el ministerio no lao ha tenido en cuenta». Y para muestra un botón. «El anteproyecto adjudica a otras administraciones el pago de algunas actuaciones como un nuevo puente sobre el Túria paralelo al actual desde la CV-36 (autovía de Torrent)», reveló Salvador. Por último, los afectados consideran que el diseño de Fomento «debería haber tenido en cuenta los resultados» del Plan de Movilidad que acaba de iniciar la Generalitat y «que conoce el ministerio».

Generalitat y ayuntamientos instan al ministro Íñigo de la Serna a paralizar el proyecto y sentarse con los afectados para reformularlo. En la lista de peticiones: datos de tráfico fiables y actualizados; criterios que se ajusten a la legislación actual; adaptarlo a lo que marque el Plan de Movilidad Metropolitano para que la vía sea para coches y camiones pero también para el transporte público, peatones y ciclistas; consenso de todas la partes implicadas; nuevas tecnologías para la nueva infraestructura con opciones como franjas horarias, vías reservadas... Exigen que la V-30 no sea «una carretera pura y dura».