Al margen de las consecuencias judiciales que el archivo de la causa contra Barbera en el Supremo pueda tener para los concejales investigados por el pitufeo, políticamente el antiguo equipo de Barberá podría lograr un cierto respiro. La reflexión en torno a las líneas rojas y la presión que ahora parece tener encima la dirección regional para que suavice su posición tiene como principales afectados a los ediles. El resto de personalidades del PP investigadas ya están apartadas de la primera línea del partido y carecen de cargos públicos, si bien algunos como el expresidente Francisco Camps siguen de alguna manera en el foco.

Los concejales tienen la espada de Damocles encima, pero todo apunta que la presión política para que dejen su escaño se aflojará. Esta era la tesis que se barajaba ayer en el partido, ya que en medio de la conmoción por la muerte de Barberá sería una temeridad apretar les las tuercas. Con todo, ya hace tiempo que la regional dejó el asunto en manos de Génova, quien debe resolver el expediente abierto, un asunto que lleva meses en el cajón. Allí seguirá hasta que haya resolución judicial.

También en el cap i casal se complican los planes de Bonig. La dirección regional había decidido hace unas semanas tomar el mando de la política municipal a través del presidente de la gestora, Luis Santamaría. Está por ver ahora si, tras los sucedido, el grupo municipal del PP se arma de razones para seguir presente.