María José, una hermana de Rita Barberá, se encontraba con ella en el hotel de Madrid en el que hoy ha fallecido la que fuese alcaldesa de Valencia durante 24 años. De hecho, ella fue la que avisó a las siete de esta mañana a las urgencias sanitarias del SUMMA al ver que la actual senadora respiraba mal.

Fuentes cercanas a Rita Barberá han explicado que, en la tarde de ayer, María José Barberá sospechó que su hermana no se encontraba bien al hablar con ella por teléfono y, junto a un sobrino, decidió viajar desde Valencia a Madrid para acompañarla. De hecho Barberá ya no asistió ayer al Pleno del Senado al encontrarse indispuesta. Su hermana María José está totalmente destrozada tras ser testigo de su fallecimiento.

Sobre las 9 de la mañana se ha procedido al levantamiento del cadáver y a las 11.00 horas ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense de Madrid para realizarle la autopsia.

Otra de las hermanas de Barberá, Asunción (conocida familiarmente como "Totón" y que durante muchos años fue jefa de Gabinete de la exalcaldesa) ha llegado esta mañana a Madrid junto a su esposo, abogado que estaba ayudando a la senadora en el caso Imelsa. Según algunas fuentes, la pareja ha viajado acompañada también por una sobrina de Rita Barberá.

Las fuentes han indicado que la familia de Rita Barberá tiene previsto emitir esta tarde un comunicado.

Los familiares de Barberá han recibido el apoyo de la dirección del PP y del grupo parlamentario en el Senado en el hotel de Madrid en el que se encontraba la exalcaldesa en el momento del fallecimiento.

La familia está a la espera de que se realice la autopsia al cadáver de la senadora fallecida para su traslado a Valencia, previsto para esta tarde. El entierro tendrá lugar en Valencia, muy probablemente mañana.

La última aparición pública de Barberá fue el pasado lunes en el Tribunal Supremo, cuando acudió a declarar en el caso Imelsa.

Esa misma mañana, la exalcaldesa sufrió un traspiés que le hizo caer en el estrado del tribunal. El magistrado Cándido Conde Pumpido, que instruye la causa por la que iba a declarar, le preguntó si se encontraba bien y podía continuar, a lo que ella respondió que sí.

Los periodistas que seguían el juicio pudieron comprobar el estado de abatimiento que reflejaba su cara, especialmente después de haber prestado declaración ante el juez.