Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Jonatan Catalán: "Las Fallas instalan el germen de la animación a los valencianos"

Jonatan Catalán: "Las Fallas instalan el germen de la animación a los valencianos"

Dream Works Animation, Paramount Pictures, Angry Birds, Guillermo del Toro... Es un currículum algo abrumador.

Sí, y eso que he sido autodidacta. Lo aprendí todo delante del ordenador de mi casa, con el objetivo de trabajar algún día para la gran pantalla. La motivación es lo que realmente hace que crezcas dentro de este mundillo. Empecé haciendo infoarquitectura para conseguir algo de dinero, y al final acabé montando un estudio de animación con tal de poder trabajar en Valencia. Años después dejé la empresa, y decidí hacerme autónomo para trabajar en el extranjero, porque la animación se movía más fuera.

¿En Estados Unidos?

Sí, aunque no te creas que tiene la «exclusividad», ya que en España están cambiando mucho las cosas. Se están haciendo cada vez más producciones, aunque por volumen de trabajo gana Estados Unidos. Mi faceta de iluminador tiene ahora más importancia en ambos sitios, tanto en producciones de animación como de imagen real. Se tiene muy en cuenta el acabado del producto. He tenido la suerte de ir encadenando proyectos que me han llevado a otros más importantes. Lo fundamental para crecer es rodearte de gente que sabe mucho para absorber todos los conocimientos que puedas.

Ha cumplido su sueño.

Sí (ríe).

¿Qué trabajo le permitió dar el «salto» como animador?

El cortometraje de Alma, sin lugar a dudas. Este trabajo, de Rodrigo Blaas (Wall·E, Up o Buscando a Nemo), fue nominado a los Goya en 2010 al Mejor Cortometraje de Animación. Pasé de hacer trabajos de publicidad o series de animación, a hacer un corto que me abrió las puertas a todos los trabajos en la gran pantalla.

¿Es posible ser un animador de éxito en Estados Unidos desde Valencia?

Sí, de hecho actualmente trabajo mucho con Dreamworks Animation y Leo Sanchez Studio que están en Los Ángeles. Aunque ya no hace falta mirar tanto al extranjero. En España se está generando un panorama muy prometedor, y no solo en Madrid, sino también en Valencia, donde siempre ha habido una gran cantera de animadores. El problema de antes es que no habían muchas empresas con las que trabajar, ni tampoco escuelas donde formarse. Ahora ya no hay que preocuparse por eso. La diferencia entre el antes y el ahora de la animación valenciana es abismal.

¿Qué cree que le falta a Valencia para ser «capital de la animación»?

Creo que Valencia ya lo es. Siempre lo he dicho. Gracias a las Fallas, desde pequeños nos metemos en este mundo de personajes y diseños. Las Fallas instalan este germen de la animación a partir de sus monumentos. Los valencianos lo llevamos en la sangre. Empresas valencianas como Blue Dream Studios o Keytoon están haciendo cosas muy interesantes, incluso largometrajes sin moverse de la provincia.

¿Qué otros factores le despertaron su curiosidad? ¿Películas, quizás?

Claro. Y las mismas que a muchos: las de Disney. Los que empiezan ahora les han inspirado más las de Pixar. Son películas con las que creces y en las que te gustaría trabajar desde que empiezas a estudiar animación.

¿Y películas que no sean de animación?

Buena pregunta (ríe). En realidad, toda película donde hay un gran trabajo de fotografía me inspira. Una de ellas es El árbol de la vida de Terrence Malick, por su iluminación natural.

¿Los niños de ahora tendrán como referente la animación española?

Ojalá.

¿Cómo fue trabajar cono Guillermo del Toro?

Al principio dio vértigo, por la responsabilidad que eso suponía. Trollhunters, la serie donde participé y que se estrenará el próximo viernes en más de 150 países a través de Netflix, era un caramelo para cualquier animador por su potencial. La trama se centra en un mundo dividido entre seres humanos y trolls, y en ella la animación no tiene límites.

Compartir el artículo

stats