El pleno del Ayuntamiento de Valencia aprobó ayer definitivamente los presupuestos de 2017 sin aceptar ninguna de las más de cien reclamaciones presentadas por la oposición. Tampoco se aprobaron las presentadas por particulares y entidades sociales, aunque el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, anunció que estas alegaciones se pasarán a los servicios municipales para que las tramiten como sugerencias.

El presupuesto final del año que viene, pues, será de 786 millones de euros, mientras que el presupuesto consolidado, es decir, el que incluye a los organismos autónomos, se eleva a cerca de 870 millones. No se ha incluido ninguna de las reclamaciones presentadas en el periodo oficial, pues, según dijo Vilar, no eran cuestiones que tuvieran que ver con partidas erróneas o porque hubiera ingresos ficticios. Y para las propuestas concretas que hizo la oposición dijo: «Si quieren bajar el IBI, díganme qué quito».

Y es que los impuestos fueron, una vez más, el principal argumento de la oposición. Para el portavoz del PP, Eusebio Monzó, el equipo de gobierno se ha encontrado con los «regalos» de 12 millones extra de las transferencias del Estado y otros 12 millones que ha ahorrado por la caída de los tipos de interés. Sin embargo, su respuesta ha sido aumentar en 10 millones la recaudación del IBI por la revisión del catastro y una subvención de 400.000 euros para compensar la subida a los comercios.

Ni siquiera, dijo Monzó, en sus parcelas naturales como los servicios sociales o la vivienda ha habido mejoras, pues ha caído la atención a los inmigrantes y se han «cargado» el servicio de mediación en los desahucios, mientras que «ha aumentado el gasto en personal eventual, más asesores y mejores sueldos para el personal de confianza».

Estrategia para la ciudad

Por su parte, Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos, lamento el incremento de las tasas a las terrazas o que «la ciudad esté levantada en plenas navidades», medidas ambas que perjudican al comercio y la hostelería. También lamentó que se haya subido el IBI o las tarifas de la EMT, y sobre todo que se haya rechazado su plan integral de accesibilidad. «Sólo queremos que no suban los impuestos, que sean transparentes, que haya una estrategia para la ciudad y que mejoren la vida de los ciudadanos», dijo.

Vilar, sin embargo, defendió una vez más los presupuestos y en el caso concreto de los impuestos retó a la oposición a que diga cuáles han subido. «Hablando de terrazas, ¿por qué no dicen que han bajado las tasas a la mayoría de los establecimientos de la ciudad?», preguntó Vilar, quien recordó que ha habido una redistribución de las cargas y que al final el ayuntamiento dejará de ingresar 7.000 euros.

Y hablando concretamente del IBI, el concejal de Hacienda aseguró que el PP debería estar «calladito», porque Montoro ha impuesto una subida del 4% lineal y el ayuntamiento ha tenido que bajar su tipo para mantener congelada la cuantía final.