Dos jóvenes de 23 años resultaron ayer heridos tras empotrarse con un coche en el muro de los Jardines de Viveros que recae a la intersección entre la avenida Blasco Ibáñez con la calles de Cavanilles y General Elio. El conductor, al volante de un Mercedes Serie A de reciente matriculación, dio positivo en la tasa de alcoholemia, al igual que el otro hombre que en marzo tumbó otra parte del muro a escasos metros.

El ayuntamiento no gana para disgustos con este punto negro de la ciudad que viene siendo un quebradero de cabeza desde hace ya muchos años. De hecho son ya cerca de una treintena los incidentes ocurridos en este lugar, donde incluso en 2004 un joven de 25 años se dejó la vida cuando conducía su furgoneta.

El gobierno anterior del PP sufrió tal cantidad de sucesos en aquel punto durante sus años de mandato que colocó pivotes verdes y señaléticas luminosas, que fueron insuficientes. En 2011 el ayuntamiento llegó a plantearse colocar un radar en la curva.

Parece que nunca acaba de ser reparado. Es más, en la localización de esta calle en la aplicación Google Maps, el muro aparece recién reconstruido, con vallas que indican que el cemento aún estaba fresco. Incluso Compromís, entonces en la oposición, pidió que se reparara el muro en 2014, pues llevaba un año sin ser reconstruido por los populares...todo un problema para los vecinos y el ayuntamiento.

Alcohol y alta velocidad

El accidente de ayer tuvo lugar sobre las ocho de la mañana. En el coche viajaban dos jóvenes de 23 años, que circulaban por la avenida Blasco Ibáñez en dirección a Cavanilles, en cuya intersección hay un semáforo. No obstante, como ha ocurrido en otros tantos accidentes en ese punto, el problema es la velocidad con la que se afronta la pequeña curva que se produce en ese tramo, la ingesta de alcohol, o a la suma de ambos factores. En el caso de ayer no trascendió el motivo de la colisión, pero fuentes de la Policía Local de Valencia señalaron que no hubo ningún otro vehículo implicado, por lo que todo apunta a un error del conductor.

Lo que sí está claro es que el joven de 23 años que iba al volante había bebido antes de sentarse a los mandos del Mercedes puesto que en la prueba realizada por los agentes dio positivo en alcohol, si bien no llegó a la tasa de 0,60 miligramos por litro en aire aspirado, considerado delito contra la seguridad vial. Hasta el lugar del accidente se trasladaron dos patrullas de la Policía Local y Atestados. Los jóvenes resultaron heridos leves, y no hubo que lamentar víctimas.

En marzo, otro conductor ebrio se empotró a pocos metros del que lo hizo ayer, destrozando el muro. El hombre de 37 años y que mostraba signos evidentes de ir ebrio acabó detenido por negarse a hacerse la prueba de alcoholemia y tras agredir a un agente .Este punto ha sufrido casi una treintena accidentes, con 15 de ellos entre 2002 y 2008. En 2004 un joven perdió la vida con una furgoneta.