Una estrella guió a los Reyes Magos desde Oriente hasta el portal de Belén. Y el que piense lo contrario, que lo demuestre. Por eso, el cuerpo celeste es uno de los elementos distintivos de la Navidad. Aparece en todas partes „guirnaldas, árboles, nacimientos€„ y también lo hará de forma especial en la Cabalgata de Reyes a partir de ahora. La edición del festejo infantil y no tan infantil de 2017 es todo un reto para el equipo de Cultura Festiva y, entre sus grandes novedades figura, junto con los «nanos» de Ceballos y Sanabria, una estrella de gran tamaño que anunciará la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar.
«No es una carroza propiamente dicha. Es una «carra móvil» asegura el diseñador Ricardo Alcaide, responsable del proyecto encomendado por el ayuntamiento. Acostumbrado a todo tipo de trabajos decorativos, escenografía y hasta alguna incursión en la plástica fallera, reconoce que, en esta ocasión, «es un reto y tanto una ilusión como una responsabilidad enorme. Es un trabajo de una gran visibilidad y uno de los elementos que va a marcar mucho la Cabalgata».
Una estrella de 16 puntas, cada una de las cuales está formada por cuatro caras triangulares, se levantará cerca de cuatro metros. El éxito de la misma será su capacidad lumínica. Las pruebas indican que sus 960 watios en led darán mucho juego, aunque será sobre el terreno, compitiendo con la iluminación de la plaza, donde se medirá su capacidad de sorprender.
Vestidos de época
El carro irá tirado «por dos velocípedos que conducirán dos aviadores vestidos de época, y alados, sobre los que habrá efectos de humo para que de la sensación de que van sobre una nube. Y sobre todo, la luz tiene que ser potente para que se vea desde lejos». Todo irá inspirado en la estética Steampunk; es decir, la que rememora, de forma muy particular, la Revolución Industrial y Julio Verne. Por eso, los aviadores-ciclistas irán envueltos en nubes de vapor y la estructura estará acompañada de una chimenea y ruedas dentadas, todo a usanza, como el vestuario de los acompañantes. No es una carroza que lance caramelos, pero sí que será «el último elemento antes de los Reyes Magos.
Es lo que les dará paso». Y algo que pueda parecer sencillo tiene una verdadera ingeniería detrás. «Me ha preocupado todo, incluyendo la tracción, la estabilidad, cómo se comporte al cruzar el puente€ no se deja nada a la improvisación. Hasta llevaremos un kit de reparación por si, por un casual, una de las ruedas pinchara. ¡Es algo que no nos podemos permitir ni por accidente!».
La «carra» se queda como elemento patrimonial de la Cabalgata, razón por la cual Alcaide reconoce que «como va a ser un elemento emblemático, espero que guste mucho».
