El Ministerio de Cultura ha aceptado la propuesta del Ayuntamiento de Valencia de derribar el muro del Museo de Bellas Artes San Pío V, recayente a la calle Vuelta del Ruiseñor. El ministerio, al frente del cual se encuentra Íñigo Méndez de Vigo, se ha comprometido a presentar el próximo mes de mayo el proyecto para el derribo del citado cerramiento, una reivindicación vecinal histórica, y facilitar así la apertura e integración del museo en la ciudad.
La desaparición de este muro „cuya legalidad urbanística, además, no termina de estar clara„ supondrá la culminación de la intervención de mejora y dignificación del entorno del Museo San Pío V, en cuya trasera había varios solares y naves industriales que, junto con el estacionamiento irregular de coches, degradaban el entorno de una de las principales pinacotecas españolas, cuyas obras de restauración acaban de concluir.
Para adecentar este entorno, además del derribo del muro, el ministerio cederá la parcela ubicada entre este y la fachada trasera del museo que se venía utilizando como aparcamiento y zona de almacenamiento de la pinacoteca. La trasera del museo quedará así a la vista dentro de un nuevo espacio público, una nueva plaza peatonal, que se ganará para uso ciudadano.
Así lo explicó ayer el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, quien aprovechó la presencia del secretario de Estado de Cultura, Fernando Bezo, este jueves en Valencia con motivo de la inauguración de la quinta fase de recuperación del Museo de Bellas Artes, para negociar una solución para el denominado por los vecinos «muro de la vergüenza».
La reurbanización de la calle Vuelta del Ruiseñor, en la que está trabajando ahora la Concejalía de Desarrollo Urbano dentro del proyecto de dignificación del entorno de San Pío V y eliminación del tapón urbanístico que formaban las calles Flora, Genaro laqueara y Vuelta del Ruiseñor, se paralizará hasta el mes de mayo a fin de armonizarla con la propuesta que llegue del ministerio.
Un cambio radical
La intervención en estas calles del entorno de Viveros y el San Pío V concluirá, salvo en Vuelta del Ruiseñor, en febrero y ya es visible el cambio radical en el entorno que ha supuesto el derribo de las naves industriales y del muro del antiguo zoo de Viveros.
Las obras de reurbanización de Genaro laqueara, con un presupuesto de 1,2 millones de euros sufragados por el Plan Confianza, se adjudicaron en julio pasado a la empresa Bertolt. Las obras consisten en la eliminación del tapón urbanístico y la peatonalización de la calle Vuelta del Ruiseñor, una intervención largamente demandada por los vecinos. Además de peatonalizar la Vuelta del Ruiseñor, la propuesta incluye la creación de una zona ajardinada en los terrenos del clausurado zoo de Viveros, cuya valla histórica se retranqueará.
La tramitación de esta actuación se ha prolongado varios años ya que ha requerido el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio por tratarse del entorno protegido del Museo San Pío V, declarado Bien de Interés Cultural, así como de negociaciones con Cruz Roja para liberar los terrenos afectados por la intervención.
El proyecto incluía inicialmente la sustitución del muro opaco de separación del museo y la calle Vuelta del Ruiseñor, por una valla diáfana similar a la existente en los Jardines del Real. La valla, sin embargo, ya no será necesario porque el ministerio, según avanzó Sarrià, piensa derribarlo.
