El Ayuntamiento de Valencia asumirá, como ya hizo en 2011, la ejecución de una nueva obra de contención frente al oleaje y los temporales en la urbanización la Casbah, cuyo muro de protección ha quedado totalmente destruido este fin de semana por el fuerte temporal que azotó el litoral valenciano y ha obligado a evacuar a varias familias. Así lo avanzó ayer el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, quien explicó que ya se están estudiando soluciones técnicas para una «actuación de urgencia» que garantice la protección de las personas que viven en esta urbanización, ubicada en el Parque Natural de la Devesa y afectada por el deslinde de costas.

La reconstrucción de las defensas de la Casbah, declarada como el vecino hotel Sidi fuera de ordenación en el Plan General de Ordenación Urbana de 1989, contraviene la normativa urbanística que regula esta figura y que prohíbe ejecutar actuaciones que prolonguen la vida útil de las construcciones. Sarrià admitió la contradicción pero explicó que en este caso «prevalece la protección de las personas», al tiempo que insistió en que será una obra de contención que no impida en un futuro la regeneración y recuperación del cordón dunar del parque natural, el único sistema que se ha demostrado eficaz para contener los temporales y frenar la regresión de la costa al sur de Valencia.

«No se va a reconstruir el paseo marítimo, pero sí garantizaremos la seguridad de las personas que viven allí» con una obra de contención que «está estudiándose» y a la cual tendrá que dar el visto bueno la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Será, recalcó Sarrià, una actuación respetuosa con el entorno que no impida una futura regeneración ambiental.

La solución técnica para la Casbah es «compleja porque las casas están construidas sobre la arena» y el mar acaba socavándolas.

La obra de contención que se haga, precisó Sarrià, «no servirá de nada sino se lleva a cabo una actuación de regeneración de la costa por parte del Ministerio de Medio Ambiente». Entre las soluciones que se apuntan figura la creación de un arrecife artificial como el que se hizo hace unos años en las playas del norte o los trasvases de arena.

El delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, aseguró ayer en relación a la Casbah que hay varias administraciones implicadas al tiempo que apeló a la «coordinación entre todas». «Hablamos de una urbanización, con unas calles, y los propietarios pagan una contribución a cambio de unos servicios, y las infraestructuras viarias son competencia del ayuntamiento, pero está al lado de la playa, y han sufrido unos desperfectos» que tiene que asumir el Gobierno central, apuntó. Recordó que esta zona ya sufrió daños en el temporal del pasado mes de diciembre, y que es una de las áreas incluidas en el decreto de ayudas aprobadas el 9 de enero, de 2 millones de euros, para toda la provincia de Valencia.

El Ayuntamiento de Valencia ya ejecutó en 2011 la reparación del muro de la urbanización de la Casbah, una obra que supuso un desembolso de 200.000 euros. El ayuntamiento ha reclamado a Medio Ambiente, sin éxito, el abono de dicha obra.

El ayuntamiento acaba de emitir un informe contra la concesión tramitada por los dueños del Sidi para la reapertura del hotel argumentando que se encuentra fuera de ordenación sustantiva y que tiene un gran impacto sobre el parque natural. El consistorio advierte de que no dará licencia de actividad ni para hacer reformas en el hotel y plantea la posibilidad de permutar la edificabilidad que le asigna el PGOU a una zona consolidada de la ciudad para liberar de hormigón el parque.

El concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, aseguró ayer que la situación del Sidi no es la misma que la de la Casbah puesto que el hotel lleva tres años cerrado y en la Casbah vive gente, y «las casas están en uso» al tiempo que recordó que los propietarios tienen un concesión a 75 años de Costas. Campillo avanzó que en breve se convocará a los responsables de las tres concejalías implicadas (Playas, Urbanismo y Devesa-Albufera) para «buscar una solución definitiva y a largo plazo».

El concejal de la Devesa aseguró que esta urbanización debe ajustarse a la legalidad y en la misma línea el concejal de Urbanismo aseguró que la situación de estas casas debe «normalizarse», aunque lo prioritario ahora es la obra de emergencia y las medidas de fondo del Ministerio de Medio Ambiente para regenerar el litoral. A largo plazo el objetivo es normalizar la situación de estas viviendas y el ayuntamiento, como ha hecho con el Sidi, «está abierto a fórmulas como permutas» de la edificabilidad, explicó Sarrià. El PGOU declara fuera de ordenación estas viviendas asignándoles una edificabilidad de planta baja y una altura, que en muchos casos se supera en la actualidad. Un exceso de volumetría que tiene mayor calado en el hotel Sidi, donde el PGOU rebajó de seis a dos las alturas permitidas.

El hotel Sidi y la Casbah son dos de los edificios que tras la declaración de la Devesa como parque natural quedaron fuera de ordenación. El PGOU de 1989 así lo recoge. La situacion para El Sidi y el la Casbah se complicó más al quedar en 2008 dentro del deslinde de Costas, pasando a ser propiedad del Estado.