«Esta torre tiene una campana, el Vicent, que está aquí desde 1745. Sólo se ha silenciado en la Guerra Civil y ahora. Nosotros acatamos la decisión. Por supuesto, la recurriremos, pero creo que estamos claramente ante una situación injusta y que va mucho más allá de una cuestión de contaminación acusítica. Es una cuestión ideológica». Así resumía sus sensaciones el cura párroco de la Iglesia de San Nicolás, Antonio Corbí, después que los técnicos del Ayuntamiento de Valencia hayan instado a la iglesia a suprimir el tañido de campanas por superar los límites de decibelios.

En la «Capilla Sixtina Valenciana» consideran que no es una cuestión de una queja de un vecino porque, según desveló el padre Corbí, «ha sido algo repentino con todas las campanas de esta zona. Nos ha pasado a nosotros, a los Santos Juanes y a la iglesia de Escolapios de la calle Carniceros. Así que, viendo esto, parece claro que estamos hablando de otra cosa». Santos Juanes, prohibición aparte, está ahora mismo enmudecida por causas técnicas.

Más aún, Antonio Corbí aseguraba al respecto que considerar «ruido» el tañido de campanas «es un concepto retorcido».» Una campana hace ruido si se cae. Igual que una orquesta hace ruido si se rompe un instrumento. Un toque de campanas es otra cosa. Es música y es, sobre todo, tradición e identidad de este pueblo y de todos los pueblos», remarcaba.

Se da la circunstancia, además, de que los toques de San Nicolás son a las nueve y media de la mañana, a mediodía y a las ocho de la tarde. «Si estuvieran sonando a las tres o a las cuatro de la mañana, lo entendería perfectamente. Pero no es el caso. Y de la misma manera, entonces, tendríamos que prohibir los camiones de reparto, los de la basura y tantos y tantos ruidos».

La prohibición ha llegado «a colectivos como los vicentinos o los falleros que, lógicamente, están sorprendidos y nos preguntan si entonces ahora no podrán contar con el sonido de las campanas para sus actos», explicaba el párroco Antonio Corbí, a la vez que aseguraba que «desde la parroquia, nuestra filosofía es la de tener puentes y crear concordia, no ponernos enfrente. Pero también entendemos que la comunidad cristiana tiene derecho a un respeto». Incluso puso como ejemplo «una obra de Chesterton (es La esfera y la cruz), en la que un hombre se obsesiona tanto en contra de las cruces, que acaba viéndolas en todas partes y pierde la razón queriendo destruir todo lo que tiene a su alrededor porque le parecen cruces. ¿No estaremos llegando ahora a una obsesión?»

La ola de suspensiones va a requerir de un diálogo, al mezclarse conceptos contrapuestos. Según ha podido saber Levante-EMV, los Campaners de la Catedral „el Gremi de Campaners„ estaría preparado para mediar en la polémica y ofrecer el el punto de vista de los expertos. La Ordenanza municipal contra la contaminación acústica data del año 2008 y tiene como excepción, por ejemplo, los toques manuales de la Catedral, que además se trata de un Bien de Interés Cultural. El máximo de decibelios permitidos son 60 durante el día y 35 por la noche. El responsable de los campaneros, el experto Francesc Llop, advertía que «no existen formas técnicas de atenuar el sonido de las campanas».

Fernando Giner preguntaba ayer a Ribo qué piensa hacer y cómo piensa mediar para solucionar el conflicto de las campanas de San Nicolas. Para el portavoz de C's se debe respetar la tradición y consensuar con el descanso de los vecinos y todo tiene que ser posible. «El alcalde está para consensuar», apuntaba.