El alcalde de Valencia, Joan Ribó, insistió ayer en la necesidad de abrir un diálogo para rebajar el sonido de las campanas «en toda la ciudad», incluidas las del ayuntamiento si no cumplen con los límites de sonido establecidos en la ley.

El alcalde reiteró la obligación de actuar cuando no se cumple la normativa, pero repitió que hay formas de rebajar el sonido. «Las campanas son estupendas», dijo Ribó, que recordó que sólo están exentas de cumplir la norma aquellas que están declaradas Bien de Interés Cultral (BIC), situación en la que solo se encontraría el Micalet.