Los vecinos y comerciantes del barrio del Cabanyal tomaron ayer posiciones en relación a la posible implantación de la Universidad Europea en el barrio y reclamaron «máxima transparencia y consenso» al ayuntamiento, donde el rechazo de València en Comú al proyecto había abierto una crisis en el Govern de la Nau. El comunicado suscrito por las asociaciones de Vecinos del Cabanyal, la de comerciantes (Acipmar) y la de vendedores del mercado, junto con la plataforma Salvem el Cabanyal, previene de los «riesgos» del proyecto y reclaman prudencia para que sea «una oportunidad para el barrio y no acabe en un proyecto especulativo». «No hemos estado 16 años batallando para que ahora se privatice y se especule con el suelo», apuntaron fuentes de Salvem el Cabanyal. «Si para poder realizar el proyecto se produce una privatización de terrenos públicos se deben utilizar fórmulas administrativas que aseguren que el uso de los mismos va a ser de interés general-educativo», expone el comunicado.

Los vecinos piden que se establezcan mecanismos administrativos que impidan modificar el uso del suelo para que con el tiempo el proyecto acabe convirtiéndose en una operación especulativa. En esta línea, Salvem el Cabanyal apunta a que en vez de una permuta de suelos, como se baraja, se haga una cesión a 50 años a la universidad privada, que anuncia la llegada de 5.000 universitario al barrio.

La universidad, como se ha publicado negocia instalarse en unos terrenos de titularidad municipal, ubicados en la confluencia de Blasco Ibáñez con Serrería, en la puerta de entrada al Marítimo. Los edificios docentes los construiría un tercero que los alquilaría a esta universidad, perteneciente al grupo norteamericano Laureate Education, un potente y elitista grupo universitario privado. «Todo el proceso de decisión sobre la ubicación de la Universidad Europea, así como las condiciones urbanísticas y económicas deben estar presididos por la máxima transparencia», reclamaron los vecinos. El proyecto, advirtieron «no puede encubrir un proceso especulativo ni a corto ni a largo término», añadieron los vecinos en línea con los argumentos para bloquear la venta de suelo al grupo universitario esgrimidos por la concejala de Patrimonio, María Oliver, de València en Comú.

Otro de los aspectos del proyecto que preocupa a los vecinos es el diseño urbanístico de los edificios de la nueva universidad, que en los terrenos donde negocia ubicarse podrá levantar dos alturas. Los vecinos recalcan que las construcciones no podrán ser una barrera visual y deberán «favorecer la integración social del barrio». Piden igualmente que «respeten la trama urbanística» y que sea respetuosa con las características de convivencia, vecinales y sociales del barrio».