Tres trabajadores de la EMT no han dudado en destinar parte de sus vacaciones para llevar un autobús donado por la compañía municipal hasta Mali. El vehículo se usará para trasladar a los jóvenes de las aldeas hasta su centro escolar, pero también realizará labores de asistencia sanitaria en el país africano, en el que la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

Susana, Rus y Alberto han recorrido en los últimos 16 días unos 6.000 kilómetros hasta su destino en Mali. Llegaron ayer al país del Sahel africano acompañados por Moro Diabaté, el representante de la ONG CC Ayuda al Desarrollo para Malí, que dará una nueva vida a este viejo autobús de EMT, uno de los más «duros» de la flota.

La expedición, formada por las conductoras Susana y Rus, el mecánico Alberto y el cooperante Moro, tuvo que trazar una ruta que recorrió la costa africana por Marruecos, el Sáhara Occidental y Mauritania, precisamente para evitar por motivos de seguridad Argelia y la zona norte de Mauritania. Aún así el viaje tuvo algún que otro contratiempo, aunque lo más complicado fue cruzar la frontera de Tánger, donde pusieron muchos reparos a la caravana.

La EMT donó el autobús, uno de los más viejos de la flota y ya fuera de servicio, aunque también uno de los más «robustos», según la compañía, lo que lo hace un transporte con ciertas garantías para su nuevo cometido: rutas escolares y asistencia sanitaria de aldeas y poblados enclavados en el desierto. Aún así, la empresa municipal ha entregado el bus con recambio por si surge algún contratiempo.

Por su parte, tanto Susana, Rus y Alberto, los tres trabajadores de la EMT que se embarcaron en este proyecto denominado «Solidaridad sobre ruedas», se ha encargado en las últimas semanas de recoger material escolar, ropa y juguetes entre los trabajadores y trabajadoras de la EMT, que estos días repartirán entre las escuelas y los orfanatos de la comuna de Homborí (Malí).

«La distancia media que un enfermo recorre en la comuna de Homborí para asistir a los centros de salud es superior a los 16 kilómetros. Prácticamente la mayoría se traslada a pie o se ve obligada a pernoctar en casa de algún pariente, lo que supone un coste adicional para las familias que sobreviven con menos de un dólar al día», explica Rafael Jaroid, de la ONG CC Ayuda al Desarrollo para Malí.

Además, los niños en edad escolar proceden muchas veces de aldeas alejadas, en ocasiones a varios kilómetros del centro educativo, de manera que tienen que hacer grandes caminatas para llegar al colegio y volver a sus casas. Por este motivo, dotar a los colegios de un medio de transporte será muy útil para los niños.

Colecta entre la plantilla

La plantilla de la empresa municipal participó voluntariamente en una colecta para sufragar los gastos del viaje de sus tres compañeros, aunque también se realizó una acción para recaudar dinero en las Torres de Serranos. Aquel día el bus se expuso en la Plaça del Furs, donde la artista Julieta XLF realizó una intervención sobre el vehículo, que decoró con motivos africanos. Todo de manera desinteresada.

Se trata del tercer autobús donado en los últimos dos años desde la EMT. Los dos anteriores fueron destinados a los campamentos de refugiados de Tinduf en el Sáhara Occidental, a través de una ONG y de la Universidad Politècnica de Valencia.