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Restos poco divulgados

Al rescate de murallas 'invisibles'

El arqueólogo José Ferrandis pide un plan director que «ponga en valor» unos restos desconocidos por la mayoría

Al rescate de murallas 'invisibles'

«La muralla, bien divulgada, habla de la historia de la ciudad, de cómo era su sociedad, del urbanismo, de su arquitecura». Lo asevera José Ferrandis Montesinos, que ha dedicado casi una década a estudiar los restos de las murallas que salpican todo el centro histórico de Valencia. Ferrandis no duda en afirmar que la puesta en valor de esta fortificación defensiva es «completamente deficiente» en el caso de la romana y «algo más positiva» en la islámica y la bajomedieval. Los tres muros comparten la ausencia de una «señalética adecuada, uniformizada y rigurosa». La conclusión la lanza el arqueólogo en su tesis doctoral «Las murallas de Valencia. Historia, arquitectura y arqueología». Leída en la UPV y Cum Laude con mención internacional, en ella apunta que al tratarse de un elemento protegido por la Ley de Patrimonio Histórico Española de 1985 hay una obligación de conservación por parte de las administraciones. En cualquier caso, la gran asignatura pendiente „ en su opinión„, es la puesta en valor de los diferentes trazados. «Hace falta un plan director para divulgarlas en su conjunto», explica.

Ferrandis propone dos intervenciones para sacar de la «invisibilidad» esta construcción. Por una parte marcar con señales todos los puntos donde existieron portales, debidamente diferenciados por épocas, con elementos singulares de las distintas murallas como torres o bastiones. Así, propone usar el modelo denominado «Lucca», donde desde un panel junto a un resto arqueológico se indica donde se halla el siguiente, hasta completar el recorrido total del recinto. Otra posibilidad es la de emplear panelería acompañada del marcado sobre el pavimento indicando los restos existentes en el subsuelo, como ya ocurre en otras ciudades históricas. Aboga, además, por tres centros de interpretación para cada uno de los grandes recintos defensivos, y que completarían esa «visibilización». El centro de la muralla romana debería ubicarse sobre los restos del solar de la calle Salvador, el del recinto islámico en la Galería del Tossal, y el del recinto bajomedieval en sede compartida entre los portales de Quart y de Serrans.

Un conocimiento «ínfimo»

Para Ferrandis, el tratamiento de los restos adolece de un criterio unificado. «Muchos de los que han sido documentados no se han podido valorizar por encontrarse en el interior de edificaciones privadas», explica. Ferrandis, además, ha realizado un laborioso trabajo con encuestas cuya conclusión no deja lugar a la duda: «el conocimiento ciudadano es ínfimo». Solo el 16% de los encuestados sabe el momento de construcción de la cerca romana, por lo que las nociones sobre la fundación de la ciudad son casi nulas. En cuanto a la existencia de un circo „ ubicado en el espacio que hoy ocupa San Juan del Hospital„, un 64% desconocía su existencia, pero del 36% que sí sabía de él solo un 2% era capaz de situarlo en el mapa. Otra cuestión reveladora para Ferrandis, la del número de puertas que tenía la muralla bajomedieval, arrojó también datos sorprendentes: tan solo un 10% conocía que tenía 12, frente al 38% que las cifraba en 4 o el 24% que apuntaba a 8.

El amplio y detallado trabajo de Ferrandis „que abarca más de mil páginas„, señala también «la tardanza en intervenir en los restos del PEPRI del Carmen, cuyo proyecto está aprobado desde hace varios años y la valorización de los mismos está aparcada». «Son los mejor conservados en cantidad y calidad de la ciudad, por lo que ponerlos en valor supondría dar un enorme salto en la difusión social y cultural de la muralla islámica», reitera este apasionado de la arqueología, y que en los últimos años ha desarrollado gran parte de su trabajo en Italia.

La mayoría de elementos que aún hoy pueden contemplarse se encuentran en el interior de inmuebles de carácter privado y en menor medida en edificios públicos. Excepto en la Galeria del Tossal „ de titularidad y gestión municipal„, no existe señalética en el exterior que indique lo que allí se halla. «Se ha intervenido arquitectónicamente para conservar el resto arqueológico, en muchos casos de forma excelente pero no se ha complementado el proyecto con información que indique su naturaleza histórica», desgrana .

Según Ferrandis hay un cumplimiento generalizado de la Ley de Patrimonio para conservar y exhibir a través de vidrios e incluso «al natural», pero también advierte de«una falta evidente de iniciativa de divulgación». En ese punto, critica «cierta dejadez» de las administraciones públicas ya que la iniciativa privada «no puede tener toda la documentación actualizada y rigurosa». «Una ciudad con una historia tan prolongada y rica, además de con una clara vocación turística, debería mostrar con rigor y claridad el pasado en el que se asientan las bases y las claves de su presente para poder comprenderla correctamente», argumenta.

Las carencias detectadas durante la elaboración de la tesis arrojan la necesidad de un Plan Director de Recuperación que garantice la salvaguarda física de los elementos en sí y el establecimiento de unas bases para su correcta divulgación. Las líneas principales del mismo pasarían por un estudio histórico-urbanístico enfocado a seleccionar los puntos donde realizar sondeos con georrádar, y que aporten «información nueva» o se resuelvan «incógnitas» acerca del trazado donde aún existen lagunas. Apunta Ferrandis, incluso, la evaluación de una posible reordenación del tráfico rodado en el centro histórico que permita «liberar» las zonas de interés arqueológico, con un futurible «Paseo de la Muralla» en la calle Guillem de Castro, entre el Portal de Quart y la plaza de la Encarnación, donde se encuentra el Portal del Coixo. «Una buena divulgación redundaría, además, en ofrecer un elemento más de turismo cultural», concluye .

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