El Ministerio de Cultura invitó a cinco arquitectos al concurso para la ordenación y urbanización del entorno del Museo de Bellas Artes. Fueron los valencianos Jaime Prior y Manuel Portaceli (que declinó la invitación), y los despachos madrileños Aranguren y Gallegos, Arenas Basabé y Escario Arquitectura, que debían resolver siete cuestiones: diagnóstico de los problemas; integración del museo con la trama urbana;potenciar la imagen urbana del museo; resolver la circulación de peatones y rodada; incidencia de la ordenación en el funcionamiento del museo;sencillez y ahorro económico; y coste de construcción . h. g. valència
