El presidente de la gestora del PP en la ciudad de València, Luis Santamaría, ha anunciado hoy la impugnación del decreto sobre el cambio de denominación del municipio de Valencia por la forma exclusiva en valenciano de València, publicado ayer en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).

"Estamos hartos de las imposiciones del tripartito y de obligarnos a comulgar con ruedas de molino creando problemas donde no los hay", ha afirmado Santamaría al tiempo que ha acusado al alcalde de la ciudad, Joan Ribó, de "solo saber imponer, prohibir, dividir, aislar la ciudad y favorecer a los suyos".

Para el dirigente popular, este decreto "obedece a un sectarismo ideológico ajeno al sentir de la gran mayoría de los ciudadanos" ya que, según ha dicho, "no es un debate social y no hay ninguna necesidad de esto".

Por ello, ha anunciado que van a impugnar el decreto ante la jurisdicción del contencioso administrativo correspondiente "atendiendo a su ilegalidad y sectarismo".

Asimismo, ha dicho que estudiarán también la posibilidad de presentar un recurso judicial "ante una decisión tan sensible como es el cambio de nombre de la ciudad", que a su juicio, "debería haberse realizado mediante un consenso amplio y no de manera sectaria por parte de quienes ni siquiera ganaron las elecciones".

"No nos vamos a quedar de brazos cruzados y apelamos a la ciudadanía y entidades sociales, cívicas y culturales para que se movilicen en contra de un decreto provocador, insultante e innecesario", ha afirmado.

Santamaría ha considerado que "es hora de decir basta ya a las tomaduras de pelo de Ribó y del Consell a los valencianos creando continuamente problemas donde no los hay en lugar de gestionar".

Ha asegurado que esta iniciativa "sectaria fomenta la división entre el valenciano y el castellano, y también entre los valenciano hablantes, ya que incluso la forma València, con el acento abierto, no es usada por la mayoría de la población".

El presidente de la gestora del PP ha indicado que la gestión de Ribó se resume en "gastarse dinero en sus amigos, comprarse un sofá de 5.000 euros, provocar atascos continuos en el centro de la ciudad, poner placas conmemorativas del 15-M, la memoria histórica, no limpiar las calles, suprimir el toque de las campanas de las iglesias y eliminar las tradiciones históricas y culturales".

"Ya está bien de gobernar de espaldas a la ciudadanía, solo para unos pocos", ha señalado, y ha exigido "respeto a una ciudad con dos milenios de historia a sus espaldas y con dos lenguas cooficiales que enriquecen su patrimonio cultural".