En 2017 hace 80 años de muchos sucesos y eventos; recordamos que Valencia fue la Capital de su Estado durante casi un año convirtiéndose en el centro político y social de España (lo otro era un territorio conquistado por la fuerza por unos sublevados que nadie reconocía salvo el Vaticano y las potencias fascistas).

El entonces llamado Levante hervía de milicianos marchando al frente; columnas de voluntarios salían de pueblos y comarcas a liberar otros pueblos y ciudades ocupados por los sublevados€ desfiles, espectáculos, artistas, intelectuales, Embajadas, espías€ la comparsa que sigue al Poder llegó también a Valencia dando un ambiente nuevo y casi festivo al «Levante Feliz».La guerra aún sonaba lejana.

En enero de 1937 llegaba un primer aviso con el ataque del submarino italiano, el Pietro Calvi, al que siguieron otros. Valencia siguió su vida sin que las iniciativas de prevención llegaran a tiempo€ los cañones terminaron de repente con el mito del «Levante Felíz» la noche de aquél San Valentín sangriento.

La guerra llegaba corregida y aumentada el 14 de febrero a Valencia, más criminal si cabe, traicionera y con nocturnidad cuando alrededor de las 9 de la noche las familias están en sus casas cenando (o intentándolo) tranquilas, el crucero italiano Duca D´Aosta apuntó sus cañones descargando hierro y muerte sobre zonas densamente pobladas donde nunca hubo objetivo estratégico o militar alguno.

Esta vez la sangre corrió con más profusión; 22 personas murieron en los escasos 15 minutos que duró el cañoneo (recordad el tamaño de los cañones de un barco y el daño de sus obuses sobre las casas)€ mujeres, ancianos, niños y niñas fueron machacados por el acero como la tristemente famosa «familia del limpiabotas», los Carmona Manso. La madre y sus tres hijos, la suegra y un infortunado primo que les acompañaba murieron cenando, desprevenidos en una noche de San Valentín en que un limpiabotas se ganaba la vida en una ciudad desprevenida y tras otra jornada dominical de desfiles y emociones, cuando volvió ya no tenía ni casa ni familia.

Hace 80 años de aquél San Valentín sangriento en que grandes cañones recordaron a la Capital de España los riesgos de serlo; también las «alas negras» sembraban muerte desde el aire procedentes de países que mandaron unidades regulares de sus Ejércitos sin declaración de guerra.

Serán 442 aniversarios de otros tantos bombardeos que causaron 847 muertos, 2831 heridos y 931 casas destruidas sólo en Valencia, llegando a 2065 muertos en todo aquél «Levante». Nunca sabremos exactamente cuántas víctimas causaron en toda España, pero con el olvido y silencio los estamos matando otra vez; el Homenaje del 14 de febrero sólo es una primera llamada de atención incluso a niveles europeos porque esta es también una deuda de los países entonces agresores y de las Democracias que miraron para otro lado; si lo olvidamos quizá volvamos a repetir la Historia.