Entre 1.400 y 1.500 personas asistieron a la fiesta «rave» organizada junto al cementerio de Benimaclet en una especie de concentración hardcore «antifalles», según confirmó a Levante-EMV uno de sus organizadores. La macrofiesta ilegal, de la que no tenían constancia las autoridades, según confirmaron tanto fuentes de la Policía Nacional como de la Policía Local de València, comenzó el viernes por la noche y se prolongó hasta la madrugada del lunes. «El equipo de música ha estado en marcha 60 horas seguidas, pero el punto máximo ha sido hoy por la mañana (domingo) que había más de 700 personas todas juntas», explicaba el responsable de los colectivos promotores de este evento musical alternativo.

«¡Qué locura de gente, era exagerado!», apuntaba otra de las organizadoras, destacando la gran acogida que ha tenido esta fiesta «rave» pese a lo precipitado de la convocatoria «antifalles», que comenzó a circular por redes sociales y grupos de WhatsApp el mismo jueves, apenas un día antes de que diera comienzo la concentración en la zona de escombreras situada entre el cementerio parroquial de Benimaclet y la alquería Serra.

«Empezamos a poner música a las diez de la noche del viernes y en torno a las tres comenzó a venir peña. La verdad es que no esperaba ni una cuarta parte de la gente que ha venido, pero ha estado muy guay», reconocía el organizador. «Solo he dormido 30 minutos en tres días, pero entre la banda de música y la «rave» lo tengo bien amortizado», confesaba haciendo referencia a la buena venta de cervezas que han tenido. «Con eso están más que pagados los 200 euros del alquiler del equipo de música», apuntaba.

Sin incidentes

A la concentración ilegal, en la que no llegó a intervenir la policía ya que según los asistentes «estaban liados con otras cosas», acudieron personas de todo el país. «Ha venido gente de Zaragoza, Albacete, Toledo, Madrid, colegas de Asturias y Andalucía. Esto funciona así, se lo dices a la peña de un colectivo, les mandas la ubicación y éstos se lo pasan a otros y al final se enteran desde Murcia hasta Bilbao», argumenta el joven.

Respecto a la polémica ubicación de esta fiesta «rave» junto a los nichos del cementerio de Benimaclet, de la que informó en exclusiva Levante-EMV, el organizador se mostró contundente: «A nosotros nadie ha venido a quejarse y mejor hacerlo en un sitio apartado para no molestar». No obstante, algunos vecinos que se acercaron a visitar las tumbas de sus familiares el día del padre consideraron esta fiesta «a todo volumen» una falta de respeto hacia sus difuntos.

Fuentes de la Policía Local de València confirmaron que no se tenía constancia de ninguna concentración ilegal en este lugar y que cuando ayer por la mañana se acercaron al lugar tras la publicación de la noticia ya no quedaba nadie en la zona. Además la Policía Nacional no tuvo que intervenir al no registrarse ningún incidente de seguridad ciudadana. El propio organizador confesó a este periódico su intención de «desmontar el chiringuito en la medianoche del domingo tras tres días de fiesta ininterrumpida. «A ver si terminamos ya esta noche y nos vamos a descansar, que ya toca».