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Proyecto

Pérez Casado advierte de las limitaciones jurídicas del BIC para el Jardín del Turia

Bolant, presidente del colegio de arquitectos, apoya la propuesta de la Academia de San Carlos que critica su antecesor - Defiende que se haga sin encorsetamientos ni pérdida de funcionalidad en el parque

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Parque del viejo cauce del Turia

Ricard Pérez Casado, el que fue alcalde de València entre 1979 y 1988 y bajo cuyo mandato se aprobó el plan especial de reforma interior del Jardín del Turia, pidió ayer prudencia a los impulsores de la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de este gran parque urbano que vertebra la ciudad. Tal como ha avanzado este diario, la Real Academia de San Carlos ha aprobado un informe instando a la Conselleria de Cultura a dotar al gran pulmón verde de la ciudad de la máxima protección patrimonial dentro de la categoría de Parque Cultura.

Habría que «estudiarlo con más detenimiento antes de tomar una decisión», aseguró Casado, quien destacó que este jardín ya tiene un proyecto unitario, si bien es cierto que después de 30 años los usos varían. Con todo, el veterano dirigente socialista, apuntó que «convendría serenarse antes de tomar una decisión, que desde el punto de vista jurídico tiene limitaciones». «Yo pediría sosiego a todos».

Casado apuntó que después de casi 40 años, el plan especial del Turia «es evidente» que debe ser revisado. «Hay que darle una vuelta». «Han cambiado muchas cosas empezando por nuestra mentalidad y temas que ahora son patrimonio común como el ecologismo y la pacificación del tráfico». «No había la misma sensibilidad ahora que hace 30 años sobre estos temas y los planes tienen que ir acomodándose a las necesidades de los ciudadanos y a la realidad», añadió. Los usos actuales no se ajustan en muchos casos a los previstos en aquel plan de los años 80 cuya redacción se encargó al arquitecto Ricardo Bofill.

Para el político valenciano se podrían «estudiar, en todo caso, mejoras puntuales, pero yo creo que sobre todo ha habido un abuso del uso en este espacio». «Todo lo que no tenía cabida en otro sitio se llevaba al jardín del Turia».

Que no sea un espacio muerto

La propuesta de declaración BIC del jardín no disgusta a priori al presidente del Colegio de Arquitectos de València, Mariano Bolant, quien asegura que el cauce del Turia, salvado por la presión ciudadana en los años 70 de convertirse en una autopista, está en la actualidad «muy fragmentado y desordenado, incluso saturado en algunos tramos».

«Se están metiendo demasiadas cosas», apuntó Bolant, quien se mostró partidario de una declaración BIC «flexible», que no suponga «encorsetamiento» del jardín y que potencia los usos culturales. El jardín del Turia, afirmó el presidente de los arquitectos, sería un eje cultural fantástico y único en España, pero faltan conexiones peatonales entre los museos y el jardín. Para reforzar este carácter de eje cultural, Bolant sugiere que se creen rutas culturales con señalización adecuada que conecten espacios como el Museo de Bellas Artes San Pío V, el IVAM, la Ciudad de las Ciencias y el Bioparc.

El BIC para el Jardín del Turia podría solucionar la carencia de un plan director que tiene este espacio, afirmó Bolant, pero «sin quitar lo que hay, sin encorsetamientos que lo conviertan en un espacio muerto y sin funcionalidad», precisó.

La propuesta de dar al Jardín del Turia el máximo blindaje patrimonial, instada por el presidente de la Academia de San Carlos, Manuel Muñoz, y el arquitecto Alberto Peñín, ha generado división de opiniones entre los arquitectos y urbanistas. El ex presidente del Colegio de Arquitecto y académica, Francisco Taberner, emitió el único voto en contra de la propuesta por considerarla inadecuada.

Tampoco la ve con buenos ojos el arquitecto Amando Llopis (Vetges Tu) que diseñó uno de los tramos del jardín y autor, entre otras, de «El jardín del Turia, otros tiempos, otros proyectos, otras imágenes», un completo análisis dedicado a este gran espacio verde. Para Llopis la declaración BIC supondrá un corsé que limitará futuras actuaciones en el jardín, donde están por terminar los últimos tramos, correspondientes a la desembocadura.

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