«Costará desenredar esta madeja, fruto de tanta insensatez y ocurrencia, pero nuestro esfuerzo va dirigido a dejarlo lista y a que pueda ser gestionado satisfactoriamente y con calidad». Con estas palabras se referió ayer el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, al PAI del Grao, el barrio singular con firma de arquitecto estrella (Jean Nouvel), rascacielos , canales y un delta verde proyectado en la época de Rita Barberá que ahora será reinterpretado por el Govern de la Nau. La Comisión de Urbanismo aprobó ayer encargar la revisión de este planeamiento donde está previsto que desaparezca una parte importante del circuito de F1, en concreto, el tramo que invade el antiguo cauce. El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, explicó que la idea es recuperar la sección del río, pendiente de su desarrollo como tramo final del Jardín del Turia.

En la revisión del planeamiento también desaparecerán definitivamente el delta verde y los canales para abaratar la operación. La idea es quitar complejidad al proyecto y reducir al máximo las cargas para hacer viable este sector urbanístico «estratégico», que culminará la fachada marítima. Con todo siguen las incertidumbres abiertas sobre el soterramiento de las vías del ferrocarril y la prolongación del túnel de Serrería, una obra de la que el Ministerio de Fomento se ha desmarcado y que según defendió ayer el concejal de Desarollo Urbano debe asumir el Gobierno.

El PAI del Grao, con la mayor parte del suelo propiedad de una sociedad formada por varios promotores y entidades bancarias en liquidación, lleva años bloqueado. El anterior gobierno de Rita Barberá intentó sin éxito buscar un socio financiero para desarrollar el sector.

Sarrià destacó que desde un principio «nuestra voluntad de reorientar la gestión de este sector clave» que está condicionado por el convenio suscrito por el Ayuntamiento de València y la Generalitat para la construcción del circuito de F1 que fija que la obra se financiará con los aprovechamientos urbanísticos de sector, lo que se traduce en una deuda de 40 millones, correspondientes a la parte del trazado que va por el Grao y cuyo coste total ascendió a casi cien millones de euros.

Sarrià destacó ayer que el convenio, donde no aparece por ningún lado la palabra circuito, establecía la supuesta conexión de la avenidas de Francia y de Baleares con la Marina de València, pero en realidad se tradujo en el circuito de Fórmula 1.

Sarrià apuntó que la reordenación «se sabía que generaría determinadas incertidumbres, tanto jurídicas como de cuantía, pero no estaba establecido exactamente qué parte de esa inversión podría ser repercutible a ese sector».

El pleno aprobará así el jueves los criterios para reorientar la urbanización del Grao y clarificar exactamente los costes repercutibles al sector. Todo después de que el Consell haya dicho, recordó Sarrià, que no va a mantener el uso de circuito, por lo que podemos reorientar un proyecto de urbanización, que estaba hipotecado por unos viales que, en teoría, no iban a costar dinero a los valencianos, dijo Sarrià.

Una vez aprobado el nuevo planeamiento, los adjudicatarios del proyecto de urbanización (Typsa y José María Tomás) deberán incorporarlo al proyecto de urbanización «partiendo de la consideración previa de que no habrá F1».

Con la revisión del planeamiento se intentará en definitiva simplificar el PAI del Grao, reducir coste e integrar lo que se pueda del circuito, además de resolver adecuadamente la ubicación de la subestación eléctrica, resolver las obras de saneamiento (colector y depósito de tormentas).

Mientras se aprueba el nuevo planeamiento se estudiarán usos alternativos para el trazado donde ya se han puesto en servicio infraestructuras como la pasarela del «Cuc de Llum».