Las asociaciones vicentinas han ocupado las calles de València, especialmente en Ciutat Vella y algunos barrios del Ensanche, con sus altares. Alrededor suyo han desarrollado actividad propia de una fiesta de marcado carácter religioso (misas, procesiones...) junto con la gran peculiaridad de la misma: la representación de los "miracles". Esto va unido a alguna actividad más lúdica y de socialización: comidas en la calle o en restaurantes y momentos para la diversión. Con una base social alejada numéricamente de otras fiestas como Fallas o Semana Santa Marinera, aunque con algunas asociaciones muy potentes, protagonizan episodios durante las jornadas de sábado, domingo y lunes. Sin faltar, en cada momento, el "Vixca Sant Vicent Ferrer".