Las diferencias entre los socios del Govern de la Nau por la prohibición de aparcar en el carril bus no se han disipado. Ayer comparecieron unidos en el pleno para rechazar las mociones del PP y de Ciudadanos que cuestionaban esta medida e incluso firmaron una moción alternativa para seguir adelante con la misma, pero le interpretación que luego hicieron de las condiciones y las fechas de entrada en vigor dejaron al descubierto las fuertes discrepancias que existen entre Compromís, impulsor de la medida, y el Grupo Socialista, que la mantiene bloqueada.

Sabedores de esas diferencias, tanto el PP como Ciudadanos presentaron mociones en el pleno para forzar el debate. El concejal de Ciudadanos, Narciso Estellés, reprochó al equipo de gobierno que una medida que lleva vigente 18 años no se haya consensuado ni siquiera con los socios de gobierno. Y aseguró que el concejal Giuseppe Grezzi, impulsor de la propuesta, es «un agravante». «En vez de usar una cerilla para encender la tarta, coge un lanzallamas», dijo.

Por su parte, el concejal del PP Alberto Mendoza acusó a Grezzi de «engañar» a los vecinos y no buscar ni alternativas ni consenso social. Su oposición, dijo, «no es por prohibir, es por no dar soluciones». «Cuando mucha gente no está de acuerdo, algo pasa», añadió el concejal, que pidió a la «princesa del pueblo», en referencia a la socialista Sandra Gómez, que salga del tripartito.

Demanda social

Ante estas acusaciones, el concejal de Compromís explicó que era una demanda de la sociedad civil y un aparcamiento prohibido por la Ley de Tráfico. Además, recordó que ya se ha llegado a acuerdos con siete aparcamientos para ofrecer a precios reducidos 8.000 plazas frente a las 1.500 que se ocupaban en el carril bus.

Aún así, admitió que han surgido recelos entre los socios de gobierno y pidió «tranquilidad» para abordar el debate. De hecho, presentó una moción alternativa firmada por los tres socios del Govern de la Nau en la que se comprometen a proteger el carril bus en los tramos por los que discurren los autobuses nocturnos y seguir trabajando por la accesibilidad de todas las personas.

Se acuerda, así mismo, continuar con la modificación de la ordenanza de circulación «creando las instancias de participación necesarias» y con presencia «sustancial» de la Policía Local. Y mientras se elabora la nueva ordenanza «solo se podrán aprobar modificaciones puntuales de la vigente mediante acuerdo de la Junta de gobierno local después de un proceso de participación como el indicado anteriormente».

Y ahí surgen la distintas interpretaciones entre Compromís y el Grupo Socialista. Para este último eso significa que hay que cambiar la ordenanza y que si se quiere tomar alguna medida anterior debe hacerse un proceso de participación ciudadana con presencia de la policía y pasar por la Junta de Gobierno. Es decir, hay que consensuar la medida con la sociedad y con los socios de gobierno, y eso puede tardar «los mismo una semana que tres meses».

Giuseppe Grezzi, por su parte, asegura que la medida entrará en vigor en mayo, pues no se trata de modificar la ordenanza y por tanto no hace falta ese proceso de participación al que alude la moción. Solo pasarlo por la Junta de Gobierno.

El concejal de Compromís recuerda que la ordenanza solo dice que se podrán poner o quitar placas, lo que significa que quitarlas no se un cambio del articulado, sino una opción contemplada en la propia ordenanza.

El pulso, pues, continúa.