Seguramente, uno de los cambios más llamativos es el que afecta a una pequeña isla de la ciudad rodeada por Mislata en casi todos los lados. La falla Eduardo Marquina pasará a ser de Joan Fuster. Con el añadido, de sobra conocido, de que el autor de «Combustible per a Falles» fue literalmente quemado en la hoguera en la Cabalgata del Ninot de 1963. Lo que el profesor Antonio0 Ariño denomina «primera escaramuza anticatalanista del mundo de las Fallas».

«Lo hemos comentado en el grupo de wasap de la directiva. Veremos qué se hace pero... hemos flipado» reconocía la copresidenta Inmaculada López. Eduardo Marquina fue un dramaturgo fallecido en 1946 que en los últimos años de su vida simpatizó con el régimen franquista. Algo que no parece haber importado a los falleros, que se autodenominan los «marquinos» y las «marquinas». «No he conocido otro nombre a esta plaza y, sinceramente, creo que nadie en el barrio lo asocia con el franquismo. Ni nosotros por llamarnos marquinos» aseguraba la presidenta, que ya aventuraba que «digerir el cambio va a ser complicado.

Y con el nombre que le sustituye, más. Sinceramente, no me imagino llamándonos los fusterianos y las fusterianas». Aún así, ya anunciaba que, pese a que la noticia les llegaba ayer, «seguiremos los cauces que tocan. Preguntaremos sobre cuando se aplica el cambio, la obligatoriedad de hacerlo, si podemos adoptar otro nombre, si no... y consultaremos todo con la comisión».