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Cambio de nombre

Algo "más" que los nombres

Los vecinos del grupo de viviendas Antonio Rueda están más preocupados por la falta de servicios que por el cambio de la nomenclatura franquista de sus calles

Algo "más" que los nombres

Entre las 51 calles de València que cambiarán de nombre antes del verano están las 28 que conforman el grupo Antonio Rueda, un barrio construido en el año 1972 y dedicado básicamente a personajes de la Falange. Ese cambio, sin embargo, no puede decirse que haya revolucionado el barrio, a cuyos vecinos, la mayoría personas mayores, les preocupa más la limpieza, la accesibilidad o el comercio que el nombre de sus calles. Es más, de este asunto concreto, preocupa más el tema de la documentación o el correo y menos, aunque también, que los nombres sean de un color político o de otro.

Aunque ahora el grupo Antonio Rueda se ha quedado antiguo y no está muy bien conservado, en su día fue una zona casi residencial, con viviendas unifamiliares, bloques espaciados, áticos y plazas abiertas a la luz. En sus 1.002 viviendas se instalaron muchas personas llegadas de otras provincias españolas e incluso damnificados de la riada de 1957. Y como una pieza importante de la construcción pública de la época, sus mentores quisieron dedicarlo a personajes que habían destacado en la Falange y el Movimiento, reservando el nombre genérico de Antonio Rueda al que durante 8 años fue Gobernador Civil de València.

Pero cuarenta y cinco años después, el barrio se ha despolitizado, ha evolucionado y sus vecinos, la mayoría de avanzada edad, se han acostumbrado a vivir con esa nomenclatura sin pensar en su significado. Así pues, este cambio de nombres no les gusta principalmente por las molestias que puede generar en lo referente al correo, la documentación... Los «papeles» en general.

Rufino es una persona de mediana edad que conoce el asunto desde que se planteó el año pasado, pero no ha notado, dice, una especial preocupación en el vecindario. «No es motivo de conversación todos los días», dice. A él personalmente le parece bien el cambio de los nombres, pues aunque nunca ha tenido una preocupación por ello, sabe que todos pertenecen a «falangistas».

Antonia, sin embargo, tiene 83 años y no es partidaria de modificación alguna. «Estando tanta gente en el paro, esto me parecen sandeces», explica, además de que está convencida de que «van a quitar a estos para poner a los suyos». Asegura, por último, que «es un trastorno para todo». Así pues, ella preferiría «que quiten a los políticos y les quiten el sueldo». «Eso es lo que tienen que hacer», enfatiza.

«Poner a los suyos»

Con los mismos argumentos, cada una con los suyos, responden también Yolanda y Concha. La primera asegura directamente que no le gusta que «quiten a falangistas para poner a comunistas». «Desde que han entrado estos no saben hacer otra cosa. Luego voy yo con mi madre a los servicios sociales a pedir una cosa y me dicen que para dentro de dos años, con 86 que tiene la mujer», argumenta. Es más, asegura llevar cuatro años pidiendo que le arreglen el jardín y no lo hacen. «El único que está arreglado es el de la presidenta de la Asociación de Vecinos», dice.

A Concha, sin embargo, le preocupa el papeleo, pues «esto es un trastorno para todo». No por alusiones, pero sí como presidenta de la Asociación de Vecinos del grupo Antonio Rueda, Carmen Rodríguez resumió en cierta forma el sentir general. Más allá de cuál sea el nombre de las calles, cree que los políticos deberían preocuparse más por la gente del barrio, la mayoría de los cuales son mayores y necesitan más accesibilidad, servicios, tiendas cercanas, asistencia social etc.

«Que hablen con las asociaciones de vecinos y verán lo que pasa realmente», dice.

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