El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, respondió ayer a la misiva que le remitió el martes el alcalde de Valencia, Joan Ribó, reclamando inversión para la línea T2 insistiendo en que existe «voluntad» de desbloquear esta infraestructura de Metrovalencia. Una voluntad que se concreta en una nueva vía de financiación a través de fondos europeos que permita, dijo el presidente, fijar una hoja de ruta que «haga realidad al menos una parte sustancial de este proyecto». Menos calor dio ayer a la petición de Ribó la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, quien insistió en la vía de financiación estatal para desbloquear la línea fantasma de la T2. El Govern de la Nau ha reclamado a la Conselleria de Obras Públicas que invierta en esta línea, al menos en el último tramo, que discurre en superficie desde la calle Alicante hasta Natzaret.

Según ha sabido este diario, la Conselleria de Obras Públicas explora vías de financiación en Bruselas, pero sería para financiar la movilidad y el impulso de las redes de autobuses en distintos municipios valenciano.

El presidente de la Generalitat, sin embargo, insistió ayer en que la puesta en servicio de la T2, cuyas obras están bloqueadas por falta de financiación desde hace seis años, no es únicamente un empeño del alcalde de València, Joan Ribó, sino «de la Generalitat». «Desde el primer día que me reuní con el alcalde le dije que nosotros estamos persuadidos en la necesidad de buscar una solución», recalcó.

Para el jefe del Consell, este proyecto es «uno de los grandes despropósitos del PP» que se gastó «200 millones de euros para nada y sin ningún tipo de línea de continuidad» porque «no había establecido ningún plan». Por eso, recalcó Puig, a la Generalitat le está «costando un tiempo» ver cómo, con las «destrozadas finanzas», se puede hacer «una hoja de ruta para llegar a una solución para lo que ha sido un enorme despropósito como se ha planteado».

«El PP un día decidió acabar con el proyecto y ahí tenemos por las entrañas de València unos agujeros enormes que no van a ningún sitio. Eso es lo que demuestra la eficiencia en la gestión del PP, pero va a haber solución», zanjó. La consellera por su parte calificó la T2 como «uno de los elefantes blancos heredados del PP», e insitió en que esta infraestructura «está sobre la mesa en la medida en la que podamos implicar financieramente al Gobierno de España». Salvador respondía así a Ribó insistiendo en que la T2 es una de las «herencias envenenadas»y una cuestión que «en un momento o en otro» tendrá que abordar el Gobierno central. La conselloera destacó que el 80% del presupuesto de Obras Públicas está ya comprometido.