El Ayuntamiento de València ha mejorado la señalización en el Anillo Ciclista, de manera que en varios cruces con una elevada presencia de viandantes, se refuerza la prioridad de los viandantes sobre los usuarios de las bicis. La medida, implementada en cinco puntos de la ronda interior, ha consistido en la colocación de pequeños semáforos que funcionan en ámbar intermitente a la altura de la vista de los cicloturistas. Sin embargo, este refuerzo solo se ha realizado en el sentido de la marcha de los vehículos, mientras que en el contrario -hay que recordar que las bicis pueden circular en ambas direcciones- no existe señal específica.

Desde la concejalía de Movilidad Sostenible recuerdan que el Anillo Ciclista está funcionando «muy bien» desde el punto de vista de la convivencia entre todos los usuarios de la vía (peatones, bicis y vehículos a motor). Prueba de ellos es la práctica ausencia de accidentes de relevancia desde que se inauguró esta infraestructura (el pasado 28 de febrero), sostienen desde la delegación.

Con todo, los técnicos han considerado oportuno reforzar varios puntos del Anillo Ciclista, y en ellos se recuerda a los usuarios de las bicis que la prioridad siempre la tiene el peatón. Los semáforos se han colocado en zonas tan concurridas como en los pasos de peatones de las Torres de Serranos, la plaza de toros,la plaza San Agustín, la plaza de la Porta de la Mar o Guillem de Castro con el colegio Cervantes.

En todos estos lugares donde coincide un paso de peatones con el paso del carril bici el semáforo para vehículos queda a la izquierda del ciclista. Por ello se han introducido estos pequeños semáforos exclusivos para ciclistas (están a la altura de su vista), que se ponen en ambar cuando el semáforo principal de la calle marca rojo al resto de vehículos. De esa manera, se advierte al ciclista que pueden cruzar viandantes, pero también le permite seguir avanzando en el caso de que ninguna persona cruce en esos momentos.

Hay que recordar que Ciudadanos realizó un informe sobre el Anillo Ciclista en el que detectó 45 puntos «peligrosos o incómodos», fundamentalmente para los peatones. La medida de Movilidad Sostenible soluciona algunos de los conflictos detectados. El trabajo de campo del partido que lidera Fernando Giner pedía que se señalizaran algunos cruces en ambos sentidos, y que, por ejemplo, se pintaran señales de ceda al paso antes de cada paso de cebra. Otros ejemplos, como la mala colocación de los contenedores, es un problema muy extendido en toda la ciudad y no exclusivo del carril bici.

Desde Movilidad Sostenible defienden el criterio de los técnicos en materia de señalización, que en este caso concreto entienden que en el sentido opuesto al de la marcha de los vehículos los usuarios de las bicis ven en todo momento que está pasando frente a ellos. Conviene remarcar que la preferencia siempre es del peatón, seguida del ciclista y los vehículos privados y que, en caso de duda, prevalece esta regla.

Por otra parte, en abril el uso del Anillo Ciclista aumentó en la calle Colón y Xàtiva respecto al primer mes de funcionamiento, pero bajó en el resto de tramos, según el mapa de intensidades del Ayuntamiento. En ambos casos, las variaciones fueron de decenas de usuarios diarios. Sí bajó más el paso de bicis por los puentes de acceso al Anillo, en torno a los 200 ciclosturistas diarios.