El informe que en su día encargó el Consell a una comisión de expertos sobre la situación de la función pública valenciana hablaba de una plantilla «improvisada» y basada en «relaciones personales» donde la afinidad política o personal con el responsable de turno era el camino más recto hacia la promoción profesional.

El diagnóstico estaba ceñido a la Generalitat, pero sus conclusiones podrían ser extrapolables a otras administraciones. La alianza de izquierdas entre PSPV y Compromís propició un cambio en el Consell y en el Ayuntamiento de València que, al menos sobre el papel, perseguía un cambio de paradigma en las políticas, también en las de personal.

Sin embargo, la inercia es más fuerte que las promesas políticas. Compromís ha ´fichado´ como jefa adscrita al Servicio de Inspección Municipal del área de Espacios Públicos a una funcionaria afín a la citada coalición. Se trata de Mercedes García Manzanares cuya vinculación política con Compromís está acreditada, entre otras cosas, porque durante un tiempo y en esta misma legislatura actuó de representante del citado partido en la junta municipal de Trànsits.

En noviembre de 2016, cuando ya había arrancado su proceso de designación para el puesto de jefatura de servicio, Compromís la relevó como vocal suplente de la citada junta. La técnica es funcionaria de carrera, pero de la Administración del Estado.

En concreto, su puesto estaba ubicado en la Confederación Hidrográfica del Júcar. Cabe recordar que la movilidad entre funcionarios de distintas administraciones está limitada y solo algunas plazas son susceptibles de ser ocupadas por personal de fuera de la casa. No era el caso del número de puesto (el 3047) que ha acabado cubriendo por libre designación la citada funcionaria.

Y es que camino para su adscripción definitiva en la jefatura de servicio fue allanándose de forma paulatina. El punto de partida fue el decreto de septiembre de 2016 del teniente de alcalde y coordinador general del Àrea de Govern Interior, Sergi Castillo, en virtud del cual se atiende a la petición del concejal de Espacio Público, Carlos Galiana (también adscrito a Compromís) para cubrir la jefatura en el Servicio de Inspección Municipal.

En la junta de gobierno del 28 de octubre se aprueba iniciar los trámites para reconvertir un puesto (el 3047) que estaba vacante en el área que dirige Galiana. Para ello, la plaza original (jefatura de sección) quedó reclasificada en jefatura de servicio. De esta manera, la provisión por concurso pasó a libre designación y el puesto se abrió a otras administraciones.

En esa misma junta, Campillo da cuenta de los trámites realizados por el mismo, en calidad de responsable de personal, con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) el mismo 13 de septiembre para reclamar en comisión de servicios a García Manzanares en la plaza.

Dado que la adscripción provisional solo puede durar seis meses, Personal inició los trámites (con la funcionaria ocupando ya el puesto) para convocar la plaza por el sistema de libre designación. El 9 de marzo la junta de Gobierno aprobó la convocatoria para proveer tres puestos de trabajo: uno de ellos el de jefa de inspección. A la oferta concurrieron cuatro personas, entre ellas, García Manzanares, a quien se le consideró, tras examinar su currículum, la más idónea para las competencias del puesto.

¿Y cuáles serán las atribuciones de la funcionaria? Las bases del concurso dan el detalle de las tareas asignadas a los jefes de servicio. Se trata de un puesto técnico de Administración especial, grupo A1, con complemento de destino 29. El sueldo base anual (sin contar complementos retributivos) asciende a 15.682 euros.

Su misión, dice de forma textual, es «dirigir, coordinar y supervisar las actividades ejercidas en las diferentes secciones, asesorar técnicamente al ayuntamiento, siguiendo las indicaciones del responsable político».

García está asignada a la concejalía de Espacio Público y le compete la supervisión de actuaciones tales como las licencias de terrazas y comercios, o las obras y servicios en la calle. También tareas tales como la confección de programas y planes de actuación, el control de la actividades realizadas en el servicio por el personal, las incidencias en la prestación de servicios y visar informes, entre otras. También depende de la jefatura el control de horarios, de asistencia, vacaciones, propuestas de traslado, así como las propuestas de expedientes disciplinarios.