En ella se curaba (o se intentaba curar con poca fortuna) a los menesterosos; tiene enterramientos, criptas y hasta el pudridero de una emperatriz bizantina. Está señalado el lugar donde hay una fuente árabe. Una losa de piedra móvil permite introducirse, a lo Indiana Jones, en un sótano donde hay un fragmento del circo romano de Valentia. Hay pinturas que durmieron durante siglos en una capa de cal con la que se pretendía evitar la peste. Hay losas romanas y panteones de nobles o de profesionales de oficios valencianos. «Es una iglesia llena de misterios» reconocía la restauradora Mar Sabaté. San Juan del Hospital celebrará el próximo día 24 de junio el 50 aniversario de su reapertura como templo con una misa presidida por el cardenal Cañizares, la bendición de una nueva imagen réplica de la primigenia para el altar mayor -una Virgen del Milagro que, asombrosamente, ahora está en el Museo de la Catedral sin posibilidad de retorno- y una ronda de la tuna.

Es San Juan del Hospital una iglesia que, siendo la más antigua de la ciudad, estuvo en un tris de ser demolida tras años y años de saqueo y degradación. Fue cine, bar, sastrería e imprenta durante el franquismo. Hasta hubo pintadas de Mickey Mouse en sus ancestrales muros. La suya ha sido una restauración constante, que tuvo su último gran episodio con la apertura del Patio Sur, el antiguo cementerio, con el que la plástica del complejo se ha multiplicado. Ahora falta el último paso que, tal y como aseguraba el párroco Carlos Cremades, «llevaremos a cabo lo más pronto posible, pero en cuanto tengamos todas las garantías para establecer unos horarios exactos», que no es otro que su apertura como atractivo turístico y que forme parte de las rutas de visita «algo para lo que el primer paso ha sido editar una guía didáctica» y así evitar que se quede simplemente como el estereotipo de ser uno de los lugares preferidos en la ciudad para contraer matrimonio, «algo que también ayudamos que hagan personas sin recursos, dentro de la amplia labor pastoral que se realiza aquí, y que incluye la recogida de alimentos, clases de español, primeros auxilios, cocina o punto y costura para inmigrantes».