Para completar la terna de impuestos municipales hay que citar el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y el impuesto de Plusvalías, ambos fuera del grupo de impuestos cíclicos al tratarse más bien de tasas que se pagan en caso de hacer una obra o vender algún bien inmueble.

Este último, el de plusvalías, es además un impuesto en revisión después de que el Tribunal Constitucional haya dictaminado que no se puede cobrar cantidad alguna a un particular o una empresa que no ha tenido ningún beneficio en una operación de compraventa. Eso significa, que en València están en el aire los 32 millones que cada año ingresa el ayuntamiento por este concepto.

Según la información colgada en el portal de transparencia municipal, el Pla del Remei es el espacio donde se hacen las transacciones más relevantes, con unas plusvalías medias de 3.332 euros. Le siguen Gran Vía, con 2.089 euros, y San Francesc (Plaza del Ayuntamiento) con 1.678.

Y de la misma manera, los barrios que aparecen repetidamente como los más pobres, son los que hacen las operaciones menos cuantiosas. En concreto, el pago medio de La Punta es de 153 euros, seguido de Na Rovella (169 euros), San Marcelino (243), El Calvari (253), Soternes (257), la Fonteta (262) y Camí Real (267).

Expedientes paralizados

El consistorio ya ha informado de que los expedientes en los que se alegue que no hubo beneficios quedarán paralizados a la espera de que el Gobierno central tome una decisión sobre este impuesto. Ya hay trescientos expedientes en esa situación por un valor superior a los cuatro millones de euros, según han informado fuentes municipales.