El término «Parkour» puede sonar extraño a una gran parte de los vecinos de la ciudad. Pero es todo un fenómeno desde hace años entre los chicas y chicos más jóvenes, que han encontrado en esta disciplina deportiva una nueva forma de entender la ciudad y de disfrutarla.
Se trata de un deporte que convierte los elementos urbanos, la calle, en un espacio lleno de retos a superar mediante la autoconfianza, el entrenamiento y el conocimiento de los propios límites físicos.
Esta disciplina cuenta desde hace unos meses con un espacio de aprendizaje en València, uno de los pocos de España, en el cual se pueden iniciar niños y mayores. R-Evolution School abrió sus puertas en el número 1 de la calle Dénia de Russafa en octubre de 2016 y sus impulsores comprobaron rápidamente que en la calle había una gran demanda a cubrir.
En menos de un año cuentan ya con 50 alumnos y alumnas de parkour en este centro que también enseña escalada o diversos tipos de danza. Todas las disciplinas tienen en cuenta el movimiento como protagonista, el cuerpo como única herramienta.
La creación de este espacio tuvo lugar después de que su fundador, Héctor García, en su Trabajo Final de Grado proyectase una escuela de parkour. Esta idea universitaria cristalizó tiempo después cuando conoció a Carles, socio suyo y profesor.
El parkour consiste en saltar, superar todos los obstáculos de la forma más eficiente posible. Puede suponer saltar de un banco a otro o trepar un muro.
No hay una finalidad competitiva, sino de como en la vida, superar obstáculos cada vez mayores. Como explica Carles, el parkour «nace a finales del siglo pasado en la zona norte y sur de Francia. Lo crean los hijos de los inmigrantes en el extrarradio que buscaban un motivo para evadirse de un ambiente de pobreza y violencia». «La esencia de esta disciplina es trabajar el cuerpo en el entorno natural».
Este deporte ha conseguirlo todo un «boom» en internet que en parte le ha dado una mala imagen. «Hay gente sin conocimiento que hace grandes saltos , se la juega y dice que hace Parkour. Hay muchos vídeos de caídas, gente que salta tejados...pero el parkour tiene como base la seguridad». Además Carles da otra clave: «el parkour busca ser más fuerte para ser más útil para ayudar a los demás. No se basa en competir sino en ayudar a otros a superar sus retos o a la sociedad». El objetivo pues es lograr una adaptación, como en la naturaleza, al medio. Convertir el cuerpo en único medio para desplazarse con fuerza y agilidad.
Todas las edades
En la escuela cuentan con alumnos y alumnas de todas las edades. Según Carles, hay alumnos más mayores, que pasan la cuarentena, pero sobre todo jóvenes e incluso niños. «Ahora tenemos pequeños de 5 años», detalla el joven profesor. En el centro el parkour se enseña controlando el medio, con colchonetas y otros métodos que dan más seguridad.Allí se dan pequeños saltos que se van ampliando con la experiencia.
Una vez se cuenta con las nociones básicas y se han superado los objetivos marcados por los profesores, los alumnos salen a la calle, al hábitat natural de esta disciplina que exige sobre todo un gran control mental.
Además, R-evolution School realiza talleres y jornadas especiales y ha estado en Expojove acercando este deporte a los más pequeños.
En el centro se dan cursos de dos sesiones semanales de hora y media o de una hora.
La escuela abre de lunes a sábado de 17.30 a 21.30 horas y en breve abrirá también por las mañanas.
