Los puestos o quioscos de flores de la plaza del Ayuntamiento de València son unos de los elementos propios de la ciudad que han sobrevivido al paso del tiempo. Cuando la plaza era bien distinta, en dos alturas, ya había un gran mercado tradicional de plantas y flores en la parte subterránea que hoy ha quedado reducido a trece puestos municipales que las floristerías ocupan con una licitación.

Uno de estos puestos, el 13, situado en la parte de la plaza que enfrenta con la calle Correos, lleva al menos un año cerrado y sin actividad. Todavía cuenta con varios maceteros vacíos y está lleno de suciedad. Una parte de la cristalera muestra un impacto y según comentan el resto de floristerías, la persiana no funciona.

Así, el ayuntamiento cuenta con un puesto que lleva al menos un año totalmente inactivo. Precisamente esta semana, el consistorio ha notificado públicamente que ha dado de baja la autorización administrativa concedida a la persona que tenía la concesión, Vitorina M. C., debido a su fallecimiento en 2015. Sin embargo, según aseguraron ayer en la plaza varias de las personas que trabajan en los quioscos de flores, hasta el último momento se habría estado ocupando del negocio una sobrina de Vitorina que poco a poco fue dejando de acudir. Aseguraron que podría deberse a una enfermedad que la incapacitaría para poder desarrollar el trabajo. Vitorina y su hermana Pepita fueron dos mujeres muy conocidas en la plaza, ya que durante décadas se dedicaron a este tradicional sector. La ordenanza de ocupación pública señala que estas concesiones pueden ser subrogadas a familiares tras el fallecimiento que según la norma puedan acogerse a esta fórmula. El ayuntamiento también puede dar de baja la concesión si comprueba inactividad continuada de tres meses. Ayer desde el consistorio no pudieron confirmar cuál es la situación particular de este puesto, pero todo apunta a que debido a su inactividad y la baja de la licencia tendría de nuevo que salir a concesión.

Personas interesadas

En la plaza del ayuntamiento las mujeres que trabajan en las floristerías no lo veían tan claro y opinaban que no será así. Si bien es cierto que las vendedoras aseguraron que continuamente ha aparecido gente preguntando por este puesto para poder explotarlo, opinaban que el ayuntamiento lo retirará. Contaban que no sería el primer caso, y varias de ellas aseguraron a este diario que hoy en día estos puestos carecen del éxito del pasado por lo que la creación de otro puesto de flores no tendría recorrido.