Lleva más de 20 años varado en primera línea de la playa del Arbre del Gos de Pinedo sin que ninguna administración ponga fin a su abandono. El denominado barco de estibadores es un edificio de hormigón propiedad del Ministerio de Medio Ambiente y que contó con dos importantes inyecciones económicas por parte de la Generalitat Valenciana para adecuarlo. Pero más de dos décadas después se puede hablar con propiedad de un claro ejemplo de despilfarro del dinero público. La estructura está completamente abandonada y su coste de reparación ascendería a unos 300.000 euros, según la Fundación Deportiva Municipal. Los usuarios de vela ligera y deportes de deslizamiento (surf, windsurf, etc) han pedido reiteradamente que se habilite como sede de una escuela municipal, pero ni la anterior administración ni la actual lo solucionan.
Los arquitectos Vicente Corell, Joaquín Monfort Salvador y José Vicente Palacio Espasa fueron los encargados de elaborar el proyecto de «La Esperanza», el edificio con forma de barco que debería haberse utilizado para las prácticas de carga y descarga de la Escuela de Estibadores, pero ésta se demolió. La Conselleria de Obras Públicas pagó la reforma del edificio, mientras que la de Medio Ambiente su habilitación como futuro centro de interpretación de l´Albufera. En 1998 a Generalitat aseguraba que invertiría 350.000 millones de pesetas en este espacio y el Racó de l´Olla.
Tras el fallido intento del centro de interpretación, el Ministerio pensó en el edificio como futuro Centro Nacional de Humedales, pero tampoco prosperó. Y los años pasaron y la lujosa reforma se echó a perder: un edificio de dos plantas con pavimentos y particiones interiores de madera, cerramientos de vidrio y carpintería exterior, cerrajería y accesorios de acero inoxidable; contaba además con dos grandes prismas que van desde la preciosa cubierta hasta la bodega. Hoy solo luce el óxido y se ha robado gran cantidad de material.
En un último intento del PP por darle uso al barco tras dilapidar el dinero público, se pensó en crear una escuela municipal de vela ligera, pero tampoco lo sacó adelante. El actual Govern de la Nau quiere recuperar la idea, pero al mismo tiempo las concejalías de Playas y Devesa-Albufera no dan permisos para la práctica de deportes de deslizamiento en El Saler.
