El anuncio por parte del Ayuntamiento de extender sus actuaciones de peatonalización a los barrios de El Carme y El Pilar, además de ampliar el ámbito de actuación en El Mercat, ha levantado suspicacias en las asociaciones de vecinos de la zona, quienes creen que este plan para devolver las calles más céntricas a los peatones «convertirán el centro de València en un parque temático para turistas de un perfil bajo».

María José Volta, secretaria y portavoz de la asociación de vecinos El Palleter de Velluters, se mostró preocupada ante la reordenación que está llevando a cabo el consistorio quien, en su opinión, «está apostando por un turismo barato para el centro de la ciudad».

Volta se refirió a que la peatonalización está trayendo consigo una excesiva apertura de locales de hostelería que instalan terrazas en la calle, lo que provoca un exceso de ruido. «Hemos cambiado una zona acústicamente saturada por vehículos, por una zona saturada por los gritos de la gente que no respeta el descanso de los residentes», explicó la representante vecinal.

Volta, quien siempre ha defendido una limitación de la circulación rodada, cree que no se está haciendo de la forma correcta y que se está copiando el modelo de ciudades que están teniendo verdaderos problemas como Barcelona o Ibiza.

Trini Piquer, portavoz de la Coordinadora de Vecinos de Ciutat Vella, criticó que, con este plan de reordenación «se están sobrecargando de tráfico tres vías de la ciudad: la avenida del Oeste, la calle Murillo y Guillém Sorolla. De verdad que la gente que vive en estas calles lo está pasando muy mal por la contaminación ambiental y acústica».

Piquer también hizo hincapié en señalar que desde la asociación vecinal que representa están de acuerdo en la peatonalización pero «el Ayuntamiento está ignorando ciertas leyes que garantizan el mantenimiento del centro de la ciudad y en el periodo de tiempo hasta que se ejecutan los proyectos, la vida en Ciutat Vella se hace muy difícil».

En este sentido se muestra de acuerdo Antoni Cassola, de la asociación Amics del Carme, quien cree que «existe una gran descoordinación en la corporación municipal» y que se olvida de ordenanzas relacionadas con que el acceso a la zona centro sea solo para residentes, que hay zonas declaradas acústicamente saturadas que siguen estando repletas de locales que generan mucho ruido y que no se cumplen los horarios de las zonas de carga y descarga, que en los tramos peatonales debería acabar a las 11 de la mañana. Cassola cree que los itinerarios propuestos para circular tienen que «acabar de pulirse».

Para los comerciantes, sin embargo, la adecuación de los barrios más céntricos a la circulación de peatones, no supondrá un problema demasiado grave. "Se trata de un comercio de barrio, así que la gente que vive cerca de las tiendas seguirá acudiendo", afirmó a este periódico Julia Martínez, gerente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de València.

Pero eso sí, hay que prestar especial atención a negocios como el mercado de Mossén Sorell, que no cuenta con parking «y su clientela es gente que antes vivía por la zona y se desplaza desde donde tienen ahora su residencia para comprar», comentó Martínez, y con el teatro Talía, cuyos problemas de acceso complica la asistencia de público que necesita del transporte privado o del taxi para moverse. «Hay taxistas que no quieren meterse por determinadas zonas del centro para evitar los problemas de circulación», explicó la representante de los comerciantes.