Hace unos días la Conselleria de Obras Públicas aprobó sacar a licitación las obras de desmantelamiento de los tinglados 4 y 5 del puerto que de 2008 a 2012 fueron las instalaciones elegidas como boxes de los equipos que participaban en el Gran Premio de Fórmula 1 de València, por entonces conocido oficialmente como GP de Europa.
Desde aquella última carrera del 24 de junio de 2012, estos edificios emblemáticos del puerto, construidos en la primera década del siglo XX, permanecían esperando una oportunidad.
Por fin, la Generalitat Valenciana ha dado el paso para cumplir con una obligación que, como explicaba a este diario el secretario autonómico de Obras Públicas, Josep Vicent Boira, «estaba en el contrato», pues «una vez finalizase la Fórmula 1, se debían devolver los tinglados al Ayuntamiento de València», y añadía que tras años de paralización de la situación ha tenido que ser este nuevo gobierno autonómico «el que venga a poner una solución». A ello se suma que el gobierno municipal, capitaneado por Joan Ribó, ha estado presionando a la Generalitat para que efectuase la devolución de los tinglados 4 y 5 para su uso ciudadano.
Boira indica que no hay una fecha todavía en el calendario para entregar los boxes en su estado originario, dado que todavía se deben formalizar todos los plazos administrativos y unas obras que han de ser respetuosas con la protección patrimonial de los edificios. La conselleria prevé que la inversión de las obras de desmontaje se compense con la revalorización de los elementos constructivos de los tinglados que sean reutilizables.
El espejo de New York y Sídney
De esta manera, el ayuntamiento junto con el Consorcio 2007, de la que el alcalde es presidente, da un paso más hacia la ya anunciada reformulación de la fachada marítima. Donde entonces hubo Copa del América y Fórmula 1, hoy se trabaja en una Marina con hoteles, zona verde, espacios de innovación, que suma el impulso de iniciativas privadas por ejemplo de Lanzadera. También recientemente la concejala de Empleo en el Ayuntamiento, Sandra Gómez, mostró su interés porque la base del equipo Alinghi acoja la incubadora de empresas municipal. Y en este contexto en breve València ganará dos nuevos espacios, los tinglados 4 y 5, que está previsto se destinen a usos culturales y proyectos de innovación. A preguntas de este diario sobre el futuro de estas instalaciones, el alcalde de València explicó: «Nuestros referentes para los Tinglados son el New Lab de Brooklyn (EEUU) y el Carriageworks de Sídney». Según detallaron fuentes municipales, el tinglado 5, el más próximo a Natzaret, acogerá emprendedores y empresas de innovación, en un espacio diáfano con elementos arquitectónicos modulares.
El 4 será para «usos culturales de gran formato». Recuerdan las mismas fuentes que «en València no hay ningún espacio así, de grandes dimensiones, diáfano y cubierto», y apuntan a exposiciones, representaciones de teatro o de arte contemporáneo.
Laboratorios y arte
Así, con las referencias del alcalde, el 4 se miraría en el espejo del proyecto norteamericano de Nueva York. El año pasado un antiguo y enorme astillero de Brooklyn fue convertido en un complejo de innovación, de creación de ideas para el futuro. En casi 8.000 metros cuadrados, se ofrecen estudios privados o para compartir con otros creadores, además de un laboratorio de prototipos que está abierto todos los días, las 24 horas del día, donde se puede acceder a maquinaria de impresión 3D, CNC, madera, metal, láser... También cuenta con un gran salón de conferencias donde se realizan encuentros y presentación de proyectos y salas de reuniones con todas las comodidades.
Por lo que respecta al ejemplo para el tinglado 5, el Carriageworks de Sídney es un gran espacio diáfano en la que varias compañías artísticas trabajan y donde se programan eventos. Estos talleres o tinglados ferroviarios de finales del siglo XIX tuvieron una nueva vida desde 2007, para albergar danza, artes plásticas, teatro u otros eventos.
Sobre este futuro para los tinglados, el alcalde señaló que el Govern de la Nau está «arreglando también el fiasco de la F1 del PP, que no nos iba a costar ni un euro y que, como todos los grandes eventos del PP, ha acabado endeudándonos a todos los valencianos. De una concepción clasista del espacio público para los amiguetes del PP, estamos pasando a un concepto de acercamiento a la ciudadanía. Quiero que los vecinos de València sientan su patrimonio y lo vivan».
Así, sentenció que «estamos haciendo de València una ciudad de vanguardia, que busca situarse en los niveles de ciudades como Ámsterdam, Copenhague o París, en políticas públicas de bienestar social, de movilidad, o de creación de espacios ciudadanos de calidad. Se trata de conservar nuestra singularidad y explotarla aprendiendo de la experiencia de otras ciudades».
