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Urbanismo

Los arquitectos critican que en la plaza de la Reina prime lo económico sobre la calidad

El presidente del CTAV, Mariano Bolant, advierte de que los avales económicos que exigen los ayuntamientos son excluyentes

Los arquitectos critican que en la plaza de la Reina prime lo económico sobre la calidad

«En un concurso para un espacio tan emblemático como la plaza de la Reina no pueden prevalecer los criterios económicos a la calidad de la arquitectura». «Cuando uno se opera no busca el cirujano más barato, busca al mejor». En estos términos se pronunció ayer el presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de València, Mariano Bolant, tras conocerse que el Ayuntamiento de València ha descartado la propuesta inicialmente ganadora para la remodelación de esta monumental y turística plaza, la encabezada por Miguel del Rey, que no ha podido acreditar la solvencia económica exigida. Como ha publicado Levante-EMV, el consistorio ha requerido a la UTE liderada por José María Tomás y Antonio Escario, que quedó en segundo lugar, para que presente sus avales económicos a fin de adjudicarle el proyecto.

Bolant recalcó que tanto Miguel del Rey como Tomás y Escario son arquitectos de «probada solvencia» y «la calidad del proyecto está asegurada con cualquiera de ellos», si bien el presidente de los arquitectos recordó que ya había un ganador, que además lo ha sido «por partida doble», puesto que Miguel del Rey, junto con Antonio Gallud, Íñigo Magro y María Teresa Santamaría ya ganaron el concurso de ideas de la plaza de la Reina convocado en 1999 por el Colegio de Arqutiectos y que ha servido de base para el actual concurso.

Bolant se mostró muy crítico con los condicionantes económicos que exigen los ayuntamientos en los pliegos de condiciones de los concursos de arquitectura. Las exigencias son «inasumibles, especialmente para los despachos pequeños y para los jóvenes y están forzando alianzas, en ocasiones antinatura, con ingenierías con más músculo financiero para acreditar la solvencia económica.

Al mismo tiempo, apostilló Bolant, se prima la oferta más barata. «Hemos perdido el norte», remachó Bolant. El problema de fondo, a juicio del presidente de los arquitectos, es la ley de contratos de la administración pública que «es una potestad» de los ayuntamientos pero que se aplica «stricto sensu», lo que favorece a las grandes empresas y permite las denominadas bajas temerarias.

El ayuntamiento ha exigido a los aspirantes al proyecto de la plaza de la Reina una facturación de 262.000 euros, una cifra que ha desincentivado a muchos despachos. De hecho solo cinco concurrieron. «Para los despachos de arquitectura no es fácil» cumplir estas exigencias económicas. «Esperemos que Tomás y Escario puedan porque corremos el riesgo de quedarnos sin proyecto para la plaza», destacó Bolant.

El propio José María Tomás invocó este lunes a la «prudencia» a la hora de valorar la adjudicación del proyecto, tras descartarse a Miguel del Rey. La crisis económica ha dejado bajo mínimos a los despachos de arquitectura, incluidos los más grandes, como el de José María Tomás, que además tienen que lidiar con los retrasos en los pagos de la Administración. Tomás, como ha publicado este diario, todavía no ha cobrado 1,5 millones de euros que le debe la Institución Ferial Alicante por la ampliación del recinto pese a tener una sentencia judicial a favor.

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