El Govern de la Nau aprobará hoy la primera moratoria para las terrazas de la hostelería a instancias de una moción del concejal de Vía Pública, Carlos Galiana, que ayer presentó además un plan de convivencia con un decálogo de normas y sanciones que los hosteleros deberán respetar si quieren apaciguar las quejas crecientes de los vecinos, sobre todo en entornos como Russafa, Ciutat Vella y Benimaclet, donde mayor concentración de terrazas se produce.

Según anunció ayer Galiana, el ayuntamiento no permitirá la instalación de terrazas en las nuevas calles peatonales o donde se amplíen las aceras Una medida que ya se ha aplicado en entornos como San Vicente tras su reurbanización y que ahora se hace extensiva al resto de la ciudad. La prohibición de poner terrazas en las nuevas calles peatonales o en las que se hagan aceras más anchas se establece pensando en zonas como el Cabanyal, en pleno proceso de reurbanización. «No vamos a gastarnos un dineral en ampliar las aceras para que luego las invadas las mesas y sillas», destacó ayer el concejal de Vía Pública. Las restricciones a las terrazas también se hacen extensivas a las zonas acústicamente saturadas, como el Carmen, Xúquer y Juan Llorens, donde además de prohibirse la ubicación de más terrazas se prohibe ampliar o modificar las existentes en caso de que se reformen y amplien las aceras. Las restricciones también funcionarán en Russafa, cuyos vecinos también han solicitado la declaración de ZAS y donde también existe una moratoria para los nuevos locales de ocio. «Si un local tiene tres mesas porque su acera es estrecha y esta se amplía no podrá poner más mesas». «Hay que trasladar la idea de que la puesta en marcha de un negocio de hostelería no implica necesariamente que te corresponda una terraza de 40 metros», destacó el concejal.

En la misma línea, el ayuntamiento tras las quejas insistentes de los vecinos respaldadas por informes policiales, reordenará las terrazas de la zona comprendida entre el paseo de Russafa, Ribera, Martín Cuber, Convento Santa Clara y Mossen Femades, un entorno claramente saturado por las mesas y sillas que apenas dejan paso al peatón. Galiana explicó que el ayuntamiento ya ha llevado a cabo la reordenación de terrazas en zonas como María Cristina, en el entorno de la Lonja y el Mercado Central, donde se bajaron las mesas y sillas a la zona ganada a la calzada y se liberaron las aceras para los peatones.

El plan de convivencia presentado ayer por Galiana, con la ordenanza de Ocupación del Dominio Público como referencia, contempla diez normas que los hosteleros deben cumplir como respetar el horario de cierre y recoger las mesas y sillas «en silencio» y con el menor ruido posible; no sobrepasar con el mobiliario y elementos de las terrazas las marcas verdes del suelo que las delimitan; y mantener la limpieza de las instalaciones, entre otras. Su incumplimiento comportará sanciones que pueden llegar hasta los 3.000 euros.

l concejal ofreció ayer algunos datos sobre la inspección de las terrazas. El ayuntamiento ha revisado 3.300 de estas instalaciones, casi la totalidad de las que tienen licencia en la ciudad (3.550). Ante las críticas por la pasividad del consistorio con la invasión de las terrazas, Galiana dio cifras de las sanciones impuestas por la policía local hasta mayo de este año, en total, 198. En relación a la señalización de las terrazas, el concejal afirmó que se han delimitado 1.356, apenas la mitad de las existentes. Galiana recalcó que la señalización de las terrazas es un proceso más complejo de lo que parece.