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Obras

El retraso de la Estación Central hipoteca la conexión de la T2 con Bailén y Xàtiva

Las futuras instalaciones de la calle Alicante no conectarán con las líneas 3 y 5 del metro y los usuarios tendrán que andar varios metros para poder hacer transbordos - Fomento impulsa las terminales intermodales de Gijón y Ourense mientras la de València sigue a la espera

La indefinición del Ministerio de Fomento en relación con el diseño, el presupuesto y los plazos de la futura Estación Central deja en el aire sine die la conexión de la línea T2 (cuyo tramo final, desde la calle Alicante hasta la Ciudad de las Ciencias acaba de desbloquear la Generalitat) con las líneas 3 y 5. Así las cosas, los usuarios del metro que tengan intención de ir desde el aeropuerto de Manises a la Ciudad a las Ciencias tendrán que bajar en la estación de Xàtiva y andar varios metros, para sortear la playa de vías, hasta la estación de la calle Alicante, que de momento será estación «de término». Lo mismo para los que lleguen en trenes de cercanías o en AVE, que tendrán que andar varios metros desde la Estación Norte o la provisional de Joaquín Sorolla hasta llegar a los andenes de la T2. El desbloqueo del tramo final de esta línea de tranvía mejora la conexión con la Ciudad de las Ciencias, un polo turístico de primer orden, y con dotaciones como la Ciudad de las Justicia, si bien queda aún mucho por recorrer hasta la esperada intermodalidad ferrocarril-metro.

La Generalitat fía así la conexión de las distintas líneas de metro del centro de la ciudad al desarrollo del nuevo convenio para la solución ferroviaria de València, donde la prioridad ahora es completar el canal de acceso hasta pasado el puente de Giorgeta y desarrollar el futuro bulevar García Lorca.

La futura Estación Central, diseñada por César Portela, se sitúa al sur de la actual Estación del Norte, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Según el proyecto del arquitecto gallego y Premio Nacional de Arquitectura, la estación dispondrá de 12 vías, distribuidas en dos niveles diferentes, situados a las cotas -7 y -20 metros con 6 vías cada uno y con un nivel intermedio situado a -13 metros para el trasbordo con las estaciones Bailén y Alicante de las líneas de metro y tranvía situadas en las calles de ese nombre en el entorno de las Grandes Vías. Las vías superiores se destinarán a líneas sin continuidad por el eje pasante, mientras que las inferiores serán para aquéllas que tengan continuidad por el futuro eje pasante, cuya financiación y ejecución ha asumido íntegramente el Ministerio de Fomento tras la visita de Íñigo de la Serna a València del pasado mes de mayo.

El edificio de la futura Estación Central (700 millones de euros) se situará entre la Gran Vía de Germanías y el edificio de la estación actual y albergará la mayor parte de accesos y salidas de las nuevas instalaciones y los servicios de apoyo de la estación. El proyecto incluye, asimismo, un aprovechamiento de uso terciario compatible a desarrollar en el conjunto formado por la estación actual y su ampliación.

La Sociedad València Parque Central aprobó el proyecto de la estación de Portela en 2008. Mientras la estación intermodal de València espera, otras terminales avanzan. Es el caso de la estación intermodal de Ourense (151 millones de euros), diseñada por Norman Foster, a la que el Ministerio de Fomento acaba de dar el visto bueno y que incluye la adecuación de la estación ferroviaria, el traslado de la terminal de buses, la mejora de la conexión entre barrios y la construcción de un aparcamiento subterráneo. Fomento también ha puesto fecha ya para la terminal ferroviaria intermodal de Gijón, que estará en funcionamiento en 2024.

Como ha informado la Conselleria de Obras Públicas, la inversión para desbloquear el último tramo de la T2, una línea que atravesará en subterráneo el centro histórico conectando Orriols con Natzaret, provendrá de fondos europeos y de la propia administración autonómica.

La Conselleria de Obras Públicas reivindica en este sentido que el Ministerio de Fomento se implique en las obras del metro, como lo ha hecho en Sevilla y en Málaga, donde financia parte de las infraestructuras. Para poner en funcionamiento los 5,2 kilómetro de la T2 de la calle Alicante hasta Natzaret son necesarios al menos 172 millones de euros, de los que 124 millones son infraestructura y 48, material móvil.

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