La expansión del límite 30 km/h en València es imparable, siguiendo con la tendencia generalizada que ya han implantado las grandes ciudades europeas. El Govern de la Nau ha avivado el proceso de pacificación del centro histórico de la ciudad, sus barrios y sus pueblos, algo que ya se prevía el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de 2013. El Botànic será próximo núcleo en el que los conductores deberán levantar el pie del acelerador para atravesar sus calles, mientras que en Benimaclet se aumentarán el número de calles reguladas por la señal de 30 km/h. En ambos casos se aprovecharán las peticiones vecinales a través de los presupuestos participativos para llevar a cabo estas actuaciones.

Lo cierto es que la iniciativa de apostar por las calles 30 km/h la tomó el propio Govern de la Nau con la limitación del perímetro interior de Ciutat Vella, una decisión más que justifica teniendo en cuenta que todos los centros históricos europeos se encuentran protegidos con medidas como esta.

Tras aquella importante actuación, Movilidad Sostenible también apostó por pacificar el frente marítimo, una medida que seguía una lógica aplastante, ya que se trata de una zona plagada de estacionamientos y donde lo habitual es encontrar vehículos a baja velocidad intentando aparcar.

En las últimas semanas también se ha implantado este nuevo límite en el pueblo de Carpesa y en los barrios de Sant Pau (Campanar) y la Carrasca (Algirós).

Las próximas apuestas

Movilidad Sostenible continuará con su política de calles 30 km/h tras la vuelta del verano. En la agenda hay dos barrios señalados y en ambos se hará aprovechando el mandado ciudadano a través de los presupuestos participativos.

Uno de ellos es Benimaclet, que cuenta con uno de los centros históricos más bonitos de la ciudad, y verá ampliada la red de calles 30 km/h y prácticamente se rotulará todo el barrio con estas señales. Hay que recordar que los vecinos aprobaron la reurbanización de las calles Mistral y Arquitecto Arnau, y la habilitación de dos pasos de peatones en los cruces de la calle Dolores Marqués con las calles Assagador d´Alboraia y Avenida Valladolid (entre los números 29 y 31 de Dolores Marqués), en los que actualmente hay semáforos para vehículos, pero no pasos de cebra sobre la calzada. Aprovechando estas obras, presumiblemente para otoño, se reordenará la circulación interior del barrio.

La otra gran intervención se hará en el Botànic, donde se ha llevado a cabo un importante proceso de participación y que tendrá como efecto más visible la remodelación por completo de la plaza Rojas Clemente, que ganará espacios peatonales y una zona verde. Solo algunas ciclocalles disfrutan ahora del límite 30 km/h, por lo que su expansión será notable.