«Mira que he ido a procesiones, pero esta desde luego es la más impresionante. No hay nada igual, con esa particularidad, la luz de l´Albufera...se me ponen los pelos de punta». Y no era un decir, porque Elena, vecina de la ciudad de València mostraba el vello erizado del brazo mientras atendía a este diario frente a la parroquia de Jesuset de l´Hort de El Palmar. Ella, que lleva seis años acudiendo a la romería del Cristo de la Salud, contaba que tiene «mucha devoción» por esta imagen. Iba, contaba, a agradecerle la salud que le había dado la imagen a lo largo del último año.
«Es muy entrañable con las barcas sobre l´Albufera», contaba muy cerca Carmen, otra vecina de la ciudad que acudía hasta El Palmar por segundo año consecutivo, y quien también iba a pedir «salud para nosotras y nuestra familia».
Vicente, un vecino de avanzada edad de la pedanía resumía muy bien la esencia de esta procesión: «Simboliza la espiritualidad del pueblo, pero también nuestro carácter, al llevar la imagen al lago».
Y eso es, una demostración de devoción y tradición, pero también toda una foto fija de lo que es el Palmar, de su particular forma de vida y de su relación con el lago que siempre les dio de comer.
Cientos de personas esperaban poco antes de las 19 en la plaza de la pedanía, tirando de abanico para soportar el intenso calor. Acudieron al acto las falleras mayores de València, Raquel Alario y Clara María Parejo, así como personalidades políticas, entre ellas la alcaldesa accidental, la socialista Sandra Gómez; la alcaldesa pedánea, Raquel Romero, y concejales de los grupos políticos municipales del Ayuntamiento de València. La imagen salió de la parroquia al son del himno de España y recorrió varias calles de El Palmar acompañada de la música y los «vivas» de los vecinos y vecinas. Una vez llegó la comitiva a la embarcadero, subieron todos en las barcas para desplazarse hasta el «lluent», el centro del lago. En este camino, el «speaker» de la barca de la imagen y los religiosos, iba guiando las barca, algunos golpes entre embarcaciones quedaban en sustos y la música tradicional seguía sonando entre las cañas.
Al llegar al destino, las decenas de barcas se juntaron para escuchar la homilía del párroco de El Palmar y la del vicario episcopal ,Rafael Cerdá, quien recordó también que el lago es «el centro de nuestras vida en muchos aspectos». Bajo el atardecer se cantaron los gozos y las barcas volvieron a tierra. Los actos no acabaron ayer, ya que mañana el cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, presidirá en El Palmar, una misa con motivo de la apertura del Año Santo Jubilar, concedido a la pedanía por su devoción al Santísimo Cristo de la Salud y a petición del propio arzobispo.
La celebración de la eucaristía, coincidirá con la festividad litúrgica del patrón y tendrá lugar a las 11.30 horas en la parroquia. A las 21 horas también tendrá lugar una procesión por las calles de El Palmar. La petición de Año Santo Jubilar fue anunciada por el propio cardenal Antonio Cañizares en la romería al Cristo de la Salud del pasado año con motivo del 75 aniversario de su imagen actual.
