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Movilidad

València pondrá coto a los grupos en las bicis de alquiler

Barcelona limitó a 15 el número de personas que pueden participar en tours sobre dos ruedas

València pondrá coto a los grupos en las bicis de alquiler

La expansión de la bicicleta en València ha encontrado un aliado estratégico en el turismo, aunque con el tiempo podría acarrear problemas. Los grupos de visitantes que usan ciclos de alquiler para recorrer la ciudad comienzan a plantear la necesidad de regular de alguna manera sus desplazamientos, ya que en determinados momentos del día «colapsan» ciertos tramos de los distintos carriles para bici -especialmente el Anell Ciclista-, aunque el principal problema es el incumplimiento de las normas de circulación, por lo que es fácil encontrar a estos «pelotones» atravesando un parque o por encima de las aceras.

El colectivo València en Bici considera que el Ayuntamiento de València debe tomar la iniciativa y anticiparse a un problema que en Barcelona obligó al consistorio a regularlo en su ordenanza de circulación. «Todos sabemos que el turismo es un motor económico de la ciudad, por ello creemos que es imprescindible que los turistas estén bien informados y circulen en armonía con el resto de usuarios. Por eso creemos que el ayuntamiento debería reforzar las campañas informativas porque, en definitiva está en juego la imagen en general de todo el colectivo ciclista», explica Fernando Mafé, portavoz del colectivo.

Lo cierto es que la concejalía de Mobilitat Sostenible editó hace ya más de un año un follero en varios idiomas con recomendaciones y las normas para los turistas que alquilan bicis. València en Bici aplaude la iniciativa, pero la considera insuficiente. «En muchas tiendas de alquiler no se reparten las normas y por otra parte consideramos que no estaría más reforzar con señalización específica en el centro de la ciudad para evitar que circulen, por ejemplo, por las aceras». Hay que recordar que València ha pasado de tener un par de tiendas de alquiler en el centro a las más de 25 que existen en la actualidad en el distrito de Ciutat Vella.

Sobre los grupos que «colapsan» ciertos tramos, Fernando Mafé espera que no haga falta llegar al extremo de Barcelona, donde el ayuntamiento impuso un cupo de cicloturistas con guía para evitar problemas. Así, la ordenanza de la ciudad condal establece que no pueden circular grupos de más de 9 turistas en calles inferiores a 10 metros, o grupos de más de 15 personas para el resto de vías.

Albert Garcia, miembro de Amics de la Bici de Barcelona, asegura que la medida ha sido «negativa» porque ha perjudicado a muchos negocios que ahora deben contratar a más guías y lamenta que el problema se traslade a la bicicleta cuando su origen es otro: «El problema es que casi todo el espacio público lo ocupa el coche y el resto lo tenemos que compartir. El aumento de usuarios de la bicicleta no se ha visto compensado con un mayor espacio público en la vía, por lo que es más fácil echarle la culpa a la bici de ciertos problemas, como que van por encima de las aceras, que señalar el exceso de coches, la invasión de terrazas o la presencia de motos en las aceras».

En ese sentido, Fernando Mafé también considera que el Ayuntamiento de València tiene la oportunidad de hacer «más atractiva» la calzada de las calles de la ciudad para evitar que «por miedo», los turistas y nuevos usuarios acaben circulando por las aceras. «Ejemplos como la reforma de la calle San Vicente, el doble sentido de Barón de Cárcer o la expansión de las calles 30 km/h ayudan a superar estos miedos. Si eres un turista y te asusta circular por la calzada, acabarás yendo por la acera», recuerda.

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