En los últimos tres años València ha multiplicado casi por tres el número de estacionamientos habilitados en la calzada para motocicletas. Si en 2014 la cifra era de 1.980 plazas -según datos ofrecidos por el anterior concejal de tráfico-, en la actualidad el 'cap i casal' cuenta con 5.204 aparcamientos para vehículos motorizados de dos ruedas, según datos ofrecidos por la concejalía de Mobilitat Sostenible. Este importante aumento del 162,8 por ciento ha tenido repercusiones muy positivas para la ciudad. Por un lado ha conseguido aliviar el problema de aparcar encima de las aceras y, por otro, ha contribuido a mejorar decisivamente la seguridad de los peatones, ya que muchas de las nuevas plazas se han pintado justo delante de los pasos de viandantes, lo que ofrece mayor visibilidad a todos los usuarios de la vía.

Como en otras cuestiones de movilidad, València trata de recuperar el terreno respecto a lo que ya venían haciendo las grandes urbes españolas y europeas. Con los aparcamientos de motocicletas existía un déficit preocupante, por lo que los motoristas se veían obligados a aparcar mayoritariamente encima de las aceras. Ante la acuciante falta de infraestructuras para los vehículos motorizados de dos ruedas, el anterior gobierno del PP optó por una política permisiva que tan solo se veía alterada cuando se producían quejas de determinados sectores, por ejemplo, los comerciantes que veían cómo calles estrechas se llenaban de motos. Entonces y, puntualmente, se aplicaba la ordenanza de circulación y se multaba a aquellos usuarios estacionados en aceras de menos de tres metros de amplitud.

El problema también tenía consecuencias sobre el resto de usuarios de la vía, ya que los peatones veían muy limitados sus movimientos, por no hablar de las personas con movilidad reducida.

Con el cambio de gobierno y la entrada de Giuseppe Grezzi al área de Mobilitat Sostenible se ha elaborado un plan para bajar progresivamente las motos de las aceras. Las actuaciones más impactantes se han realizado en el entorno de la plaza del ayuntamiento o la ronda interior, con cientos de plazas nuevas pintadas en la calzada, pero numerosos barrios se han visto beneficiados por esta actuación.

La Policía Local ha contribuido al control de los aparcamientos ilegales con diversas campañas conforme iba aumentando el número de plazas para motos, pero también es cierto que se centran sobre todo en el centro de la ciudad. El Ayuntamiento de València todavía tiene que resolver el problema de la calle San Vicente, desde la plaza de la Reina a la plaza del Ayuntamiento, donde las motos pelean por un espacio con las terrazas de los bares y los aparcabicis, por lo que los peatones están condenados a zigzaguear para avanzar.

Pero la expansión de las plazas de motos también ha contribuido a mejorar la seguridad de los peatones en muchas intersecciones. Así, Mobilitat Sostenible prima la creación de estacionamientos delante de los pasos de peatones o en chaflanes con poca visibilidad. El menor volumen de las motocicletas permite aumentar el campo de visión tanto de conductores como de viandantes. Además de plazas especificas para motos, también se están colocando aparcabicis en estos lugares, que cumplen la misma función.

Los que más y menos

Russafa (400), Arrancapins (346) y Sant Francesc (324) son los barrios con mayor número de estacionamientos para motos habilitados, mientras que en la cola se encuentran las pedanías como Pinedo (2) y El Saler (2). El objetivo de la concejalía de Mobilitat Sostenible es continuar con esta expansión de plazas de aparcamiento para motos, sobre todo aprovechando la reurbanización de algunos barrios como el Cabanyal o Malilla.