En apenas unas horas el Pont de Sant Josep, uno de los pasos históricos sobre el antiguo cauce, ha cambiado por completo su uso. Con la instalación de cuatro maceteros en el extremo que recae en el Pla de la Saïdia y otros dos en la zona que da a Ciutat Vella, se da prácticamente por completada la operación de peatonalización blanda. Desde el servicio de Mobilitat Sostenible aseguran que necesitarán un par de días más para dar los últimos retoques a la zona. En realidad el puente llevaba ya varias semanas peatonalizado de manera precaria, al estar cortado por las obras de canalización de agua en Guillem de Castro.

El Pont de Sant Josep dice adiós a décadas de tráfico motorizado y, sobre todo, a las penurias de los viandantes, que debían cruzarlo por las estrechas aceras con las que contaba. Los vehículos ahora se desvían por el moderno Pont de les Arts -a apenas 200 metros de distancia-, mientras que los peatones se convierten en los principales usuarios de este paso elevado.

El Pont de Sant Josep también lo podrán utilizar los usuarios de las bicicletas, pero al ser una zona de preferencia peatonal, deberán circular según contempla la Ordenanza de Circulación, dejando una distancia mínima de 1 metro con el viandante. Es el mismo caso que ahora afecta al Pont de Serrans.

También podrán circular por el Pont de Sant Josep los vehículos de emergencia. El Ayuntamiento ha dejado un carril mínimo de acceso con la señal de prohibido el paso «excepto vehículos autorizados», es decir, policía, ambulancias y bomberos. Estos últimos pidieron que los maceteros se colocaran de manera que dejaran un carril de paso de 3,5 metros de ancho, lo que provoca una sensación extraña, ya que da la sensación de que el puente sigue abierto al tráfico, cuando en realidad la circulación motorizada será anecdótica.

A la espera de la rehabilitación

La actuación blanda que ha llevado a cabo la concejalía de Mobilitat Sostenible apenas ha tenido coste, más allá de la adquisición de algún macetero. El Ayuntamiento de València ha optado por estos trabajos sencillos a la espera de redactar y ejecutar un proyecto de rehabilitación que dignifique de verdad el puente, como el que se hizo en Serranos.

Lo que está prácticamente listo también es el tramo del Anell Ciclista que baja de la calzada en Guillem de Castro para contar con un carril segregado. En un par de días podría entrar ya en servicio.